La película basa su principal característica en unos preciosos y precisos montajes de travelings, unas composiciones, puesta en escena y una fotografía sólo comparables con otras predecesoras de este magnífico cineasta ruso, Andrei Tarkovski, para mí de los más grandes directores de cine de la historia sin lugar a dudas. Podemos ver en "Zerkalo" uno de los mejores trabajos visuales de Tarkovski (y por lo tanto de toda la historia del cine), con escenas que pasarán a formar parte de nuestra memoria por el resto de nuestra vida, predecesoras de su obra cumbre, "Stalker", estrenada cinco años después con una marcada influencia estética deudora de ésta.
El argumento es muy confuso, otra de las características de su director, que a medida que avanzan los años de experiencia exige mayor atención al espectador para poder seguir el ritmo argumental. En "Zerkalo", a pesar de no poseer un hilo sólido, se consigue una espectación constante, con momentos de tensión, pena y rabia contenida. Nos narra la historia de una pequeña familia rusa, en concreto de una madre y su hijo, y de sus experiencias en los tiempos los de guerra: la pérdida de su padre, los inmigrantes republicanos españoles exiliados, el fanatismo político, los bombardeos de moscú... y la mella que todos estos problemas dejaron en el entoces niño decadas después.