El siempre ultra-profesional Michael Mann ejecuta con “Enemigos Públicos” una fascinante recreación del Chicago y los EEUU de los años 20 apostando por dos monstruos de la interpretación como son Christian Bale y Jhonny Deep y una historia real a la que no hay que darle muchas pinceladas para convertirla en un guión ganador. Ver la historia de John Dilinger contra el FBI en estas manos es una entrada a vivir un documental de aquella época casi en primera persona: esos policías impecables, esos federales trajeados, esos atracadores engominados, en un mundo de máquinas de escribir, de teléfonos con micrófono y auricular, sin ordenadores…

Vale que el todoterreno Christian Bale está muchísimo más cómodo que Jhonny Deep (se le nota fuera de sitio sin disfraces, sin kilos de maquillaje y sin Tim Burton que le defienda) pero a los dos les sobra talento para llenar la pantalla con un gesto.

Violenta, trepidante, oscura y misteriosa. Verosímil y emotiva. Visual. Impactante. Profesional, muy profesional. De las de antes, con los medios de ahora. Imprescindible.