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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Drama. Comedia Antonio (Javier Cámara) es un profesor que utiliza las canciones de los Beatles para enseñar inglés en la España de 1966. Cuando se entera de que su ídolo John Lennon está en Almería rodando una película, decide ir a conocerlo. Durante el viaje, recoge a Juanjo (Francesc Colomer), un chico de 16 años que se ha fugado de casa, y a Belén (Natalia de Molina), una joven de 21 que parece que también está escapando de algo. (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son de sobra conocidas las inclinaciones ideológicas de David Trueba, pero tiene buen cuidado de evitar manifestarlas con más frecuencia de la estrictamente necesaria para mantener el contacto con su base y sus padrinos políticos. Y siempre mantiene un prudente silencio antes de sus estrenos, no como su padre, que decidió boicotearse a sí mismo gritando a los cuatro vientos, en una época donde las redes sociales hacen llegar tu mensaje a todos los confines del mundo, que él no se sentía español días antes de que “La reina de España” viese la luz. Casi todas sus películas tienen una componente social con la que aprovecha para difundir mensajes o críticas de carácter progresista, pero suele hacerlo con muchas sutileza (por lo menos más que otros), cierta mesura y bastante talento narrativo. Además, hace buenas películas.

“Vivir es fácil con los ojos cerrados” contiene varios de los elementos a los que Trueba y compañía suelen revisitar con cierta periodicidad para ajustar cuentaas: franquismo, monjas crueles, padres autoritarios, mujeres sometidas y reprimidos profesores liberales, pero no dejan de ser simples adornos contextuales para dar color a un optimista viaje de iniciación, de búsqueda interior y de autoafirmación. El tratamiento visual y la escenografía son espectaculares para llevar al espectador al tardofranquismo pero, más allá de la factura, Trueba consigue crear una atmósfera de opresión que trasciende los habituales tópicos del cine español cuando aborda el franquismo. Del mismo modo que la mayor oscuridad sucede justo antes del amanecer o el tiempo parece no avanzar entre el final de la cena de Nochevieja y las campanadas, la cinta deja traslucir esa necesidad de libertad que se da justo cuando un régimen dictatorial empieza a agrietarse y, tras décadas de pensar que iba a eternizarse, se intuye que tiene que caer tarde o temprano; cuando la libertad deja de ser un concepto lejano, empieza a coger forma y, por contraste, hace más palpable la represión en la que se vive.

Buena en todos los aspectos técnicos, “Vivir es fácil con los ojos cerrados” nos embarca y nos da un agradable paseo de dos horas por un pasado reciente de España poco visitado contando una serie de historias agradables y con buen corazón, pero sobre todo sabe tocar la fibra de la nostalgia y rememora sensaciones aparcadas como los viajes en coches incómodos por carreteras tercermundistas en los que parabas en bares de carretera poco glamorosos, pero auténticos, con muchísima personalidad y llenos de lugareños dispuestos a echar una mano llegado el caso. De una España en construcción, llena de sueños, autoestopistas, pueblos apacibles y a la espera de una oportunidad para crecer. Mejor y más auténtica que cualquier episodio de “Cuéntame”.
OsitoF
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