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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
9
Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico. Acción Remade de la mítica saga de Star Trek, dirigida por el creador de la serie "Perdidos" (Lost), que narra cómo se conocieron el capitan Kirk y Spock. Todo está preparado para el viaje inaugural de la moderna nave USS Enterprise. Su joven tripulación tiene una importante misión: detener al malvado Nero (Eric Bana), que movido por la venganza amenaza a toda la humanidad. Pero el destino de la galaxia está en manos de dos jóvenes rivales de ... [+]
23 de septiembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de ciencia ficción tiene una deuda inmensa con el mundo de “Star Trek”. Es más, diría que tanto el Cine (en general, con mayúscula), como la Ciencia Ficción (en general, con mayúsculas) como el Entretenimiento (en general, con mayúscula) tienen dicha deuda. En un mundo dominado por la guerra fría, la serie de los sesenta supuso un hito en la historia de la televisión tanto por el atrevimiento de montar una epopeya espacial de largo plazo como por las novedosas técnicas audiovisuales empleadas capaces por primera vez de transportar al espectador a otros mundos, contactar con otras razas y navegar por el espacio sin necesidad de cerrar los ojos y dejar volar la imaginación (como pasaba con los seriales radiofónicos o con las ingenias películas en blanco y negro). Al contrario, podías tener los ojos abiertos y alucinar con el despliegue de maquetas y efectos especiales.

¿Para qué extenderme? Millones de seguidores, merchandising de la época que se cotiza a precio de oro y todos los satélites surgidos a su alrededor han convertido la serie original en un mito, en historia de la TV por derecho propio. Luego vinieron las películas canónicas de Shatner y Nimoy (digamos, analógicas), las secuelas de cine y tele de Picard (digamos, digitales) y, más recientemente, series en Netflix y Amazon que no escatiman en presupuesto para actores conocidos, en guiones que conectan con la actualidad y, sobre todo, en una inundación absoluta de la pantalla con efectos especiales. Entre medias tuvo lugar el advenimiento de la trilogía de J.J. Abrams. Sin paños calientes, me daba mucho miedito lo que pudiera salir de ahí. Más que por el director en sí, que tiene una trayectoria poco discutible, me preocupaba el enfoque revisionista que se le que fuese a dar y que tratara de no ofender a nadie y de contentar a todas la sensibilidades de género, raza o diversidad sexual. Y a los pacifistas. Y a los seguidores de la niña Greta. Y a los animalistas. Y a los especistas. Y a … A la autocensura, vamos.

Pues autocensura ha habido, es innegable, pero el resultado final ha sido espectacular. Excepcional. Un peliculón. Respetuosa con el canon a la vez que tiene personalidad propia. El trabajo de dirección y guión consigue que cuando miremos la pantalla veamos con agrado a las versiones jóvenes de Spock, Kirk o Scottie (“Star Trek” está montada como una precuela) pero en un segundo plano mental mantenemos las imágenes de los protagonistas de toda la vida. Estaba claro que los trekkies más trekkies iban a poner el grito en el cielo cualesquiera que hubiesen sido las elecciones de los protagonistas (demasiado serio, demasiado cómico, demasiado negro, demasiado alto, demasiado guapo…) pero, objetivamente, visto desde un simple aficionado no fanático, Chris Pine y Quinto les dan a sus personaje los puntos intrépido, asperger y arrogante que demandaban y con los que no se puede estar en desacuerdo.

La trama es buena. Y densa. Contra lo que se podría esperar del creador de “Lost” o “Super 8” no es una sucesión de misterios rodeados de enigmas que te calientan la cabeza y te dejan con un final inconcluso. Todo está bien claro, bien definido y bien contado. La historia se va construyendo poco a poco con solidez, cimentando bien la presentación y definición de los personajes para pasar luego a una introducción del entorno, luego de un par de misiones de calentamiento y finalmente a un macroconflicto galáctico de múltiples dimensiones. Y, de propina, un bucle temporal razonablemente bien resuelto. Ahí es nada. Y todo en modo trepidante, sin respiro, saltando continuamente de un punto de interés a otro y con escenas de acción de mucho nivel, con muchos elementos complejos evolucionando a la vez en una pantalla plagada de efectos especiales. Realmente hay mucha competencia en el rodaje de esas secuencias.

La ambientación está cuidada para darle un barniz moderno, tecno-táctico, a armamento, exterior de naves, equipación individual, interior de las naves… haciendo una revisión de lo que pensamos que será el futuro (que no tiene nada que ver con la visión ingenua que se tenía hace cincuenta años). El espacio y la superficie de los planetas y están mucho mejor recreados, más realistas, se notan los avances en las imágenes que toman los nuevos telescopios y que se incrustan como fondo de pantalla. También los personajes se mueven con más propiedad por los nuevos mundos (haciendo escáneres, mandando sondas y enviando patrullas de reconocimiento en vez de bajar a lo loco y dar la impresión de que en lugar del satélite X465JK están visitando la Catedral de Salamanca). Todo en la película da la sensación de encajar, de poder ser, de ofrecer una perspectiva del futuro y nuevos mundos adecuada al sentido común y nuestro conocimiento del Universo.

Me encantó. Ha buscado y encontrado su sitio en el mundo trekkie ofreciendo más de dos horas de diversión, entretenimiento y espectáculo del bueno. Ah, y sí, hace concesiones a la diversidad sexual y la igualdad de oportunidades de género, pero de manera integrada y discreta en la trama, sin alardear. Sin cuotas. Con naturalidad, como tiene que ser.
OsitoF
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