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Voto de Razumikhin:
4
Drama Allison (Florence Pugh), una joven con un futuro brillante, y Daniel (Morgan Freeman), el padre de su prometido, sufren la misma pérdida trágica. En un momento de crisis, los dos protagonistas forjan una amistad que suscita la compasión y el perdón necesario para superar su culpa y encontrar la libertad.
21 de mayo de 2023
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Florence Pugh actúa muy bien (es lo mejor de la peli) y recuerda incluso a Scarlet Johansson en la introducción, que parece sacada del país de las golosinas, los sugus de piña y las piruletas más almibaradas. Nuestra protagonista Allison se va a casar con Nathan, un prometedor y también muy guapo negro encantador, el yerno ideal. Están radiantes en su fiesta de compromiso donde ella canta y toca el piano para amenizar la velada y Nathan suelta unas ñoñadas en público que hasta el espectador quiere que la tierra se lo trague (¡qué horteras son los yankis!). La decoración es ideal en su apartamento súper chic y parece incluso comestible. Todo el mundo se las promete muy felices. ¿Estaremos ante una comedia romántica?, nos preguntamos. Y, sobre todo, una cuestión no tan loca como parece nos carcome: ¿El visionado de una peli puede provocar caries?

Tras chocar contra una excavadora, algunas dudas se disipan: no es una comedia romántica. Allison vive ahora con su madre y ha cogido 10 kilos. Ya no está tan buena y se parece más a la novia del pelo azul de la vida de Adèle, que tiene su aquel, pero juega en otra liga. Es adicta a los opioides y se corta el pelo viendo tutoriales de Youtube. Su vida ya no pinta tan bien, pero la fotografía sigue igual, con colores de cuento de hadas. La pregunta es: ¿Será un dramón sobre drogas? Tengo entendido que tampoco van bien para las muelas.

En esto que, a Morgan Freeman, que no sabe muy bien qué hace en esta peli, le encasquetan a una joven huérfana que juega al soccer (balonpié en castellano antiguo, el que él domina por viejo y por diablo). Él no quería, pero le han colgado el cartel de “Buen Hombre” y tendrá que actuar como tal. Su nieta es una chupona, se pelea, es insolente con los profesores, folla a edades tempranas y puede que hasta la echen del instituto. Tampoco te cambiarías por él, la verdad.

Pero esto es Hollywood y hasta el más desgraciado merece una segunda oportunidad in the US of A…

La película va de drogas, pero el tratamiento del tema es preciosista, superficial y finalmente intrascendente. Es, en el peor sentido de la palabra, un melodrama, con una dirección que ataca las glándulas lacrimales sin piedad y sin pudor, con descaro, premeditación y alevosía, usando todos los trucos conocidos. Entre colorines saturados, canciones Indie o Pop de las muy tristes, preciosas maquetas de trenes y la voz en off de Morgan, se nos presenta la caída a los infiernos de Allison. Caída entre algodones de azúcar, que gustará a los amantes de lo dulce. De lo muy dulce.

La peli es relativamente entretenida, aunque las situaciones abizcochadas, conversaciones pasteleras y giros cremosos resultan forzados e inverosímiles. El final estirado a modo de milhojas es un intento tras otro de amerengarte y hacerte saltar la lágrima (yo he resistido como un campeón). Con pastillas azules esnifadas, algún que otro tequila doble y encuentros fortuitos en Alcohólicos Anónimos de por medio, para que llores mejor, como diría el lobo de Caperucita Roja. El sabor que deja la peli es más azucarado que amargo, en todo caso.

Eso sí, si Big Fish (película a la que recuerda) fuese una caja de macarons de la más exquisita confitería de París, ”Una Buena Persona” sería un paquete de panteras rosa del chino de la esquina. Los dientes se te caen igual, pero el ratoncito Pérez está muy atareado y no se digna presentarse si le convocan por películas de medio pelo, como la que hemos tratado.

Eviten esta película. ¡Conserven sus dientes!
Razumikhin
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