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Voto de Razumikhin:
3
Drama Tras mudarse con su pareja a un nuevo hogar, Mila (Elena Martín) se da cuenta de que su pérdida de deseo y apetito sexual se encuentra en sí misma. A partir de ahí, empieza un viaje en el que revisita experiencias de su infancia y adolescencia con la esperanza de reconciliarse con su propio cuerpo.
10 de marzo de 2024
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elena Martín guioniza, interpreta y dirige una película que parece autobiográfica. Traumas sexuales nacidos en la infancia, aumentados en la adolescencia y consolidados en la madurez. Mejor os lo cuenta ella misma:

Me pica el coño una barbaridad y la gente no me deja rascármelo a gusto. Si por mí fuera me tiraría toda la vida frota que te frota. El problema es que empecé con esto de la vulva demasiado pronto y ahora necesito un rastrillo para sacarme la calentura.

En la peli os cuento mi vida. Es un coñazo, literal. Pero es mi coñazo así que me da gustito comentaros por qué es particular, por qué no se moja cuando llueve, como el de las demás.

Mi coño está conectado a mi piel, a mis padres, al mar y al mundo en general, así que, si os hablo mucho de él, acabaréis por comprenderlo todo. Comprenderéis que es el falocentrismo lo que me tiene jodida. Todos y cada uno de los tíos de mi vida han pensado sólo en su rabo y nada en lo mío y, francamente, me parece injusto. ¿Qué hay de lo mío?

El caso es que yo no tengo la culpa de nada. Ni soy una salida, ni una guarra, ni una zorra, casi ni soy. Si acaso un pececillo arrastrado por las olas, o, más bien, florecilla al albur de la Tramontana...

Creatura es una película que algunos califican de intimista, sensible y hasta necesaria. Lo cierto es que el espectador no empatiza con los traumas sexuales de la Mila/Elena, no se cree su somatización enfermiza y falsa (desconocida en el manual de enfermedades mentales) y sospecha que va dirigida a alimentar el resquemor entre hombres y mujeres, aprovechando que el concepto vende y capta subvenciones. Ver creatura es una experiencia desagradable, aburrida y autolítica.

Gustará (hasta mucho porque técnicamente es buena: actuaciones excelentes, buena fotografía, buen montaje a base de flashbacks que nos retrotraen a la infancia y adolescencia de la protagonista) a gente que apuesta por la coñocracia, una Sociedad de Responsabilidad Limitada, en la que las mujeres están a verlas venir y a merced de sus circunstancias. En el debate nurture/nature, 100% nurture y 100% mala educación (en este caso sexual).

Así como quien no quiere la cosa, Elena nos presenta a unos gorilas franquistas que se ve que son la fantasía última de las catalanas de pura cepa, novios que no miran a su novia a los ojos cuando follan, incluso cuando son requeridos para ello insistentemente y un chaval al que no tocaría nadie ni con un palo partiendo el bacalao en la pista del peor garito del mundo y que cree que el mundo femenino le debe unas pajillas, por lo menos.

Si eres hombre, no imites los comportamientos masculinos de esta peli. Está feo no, lo siguiente. Si eres mujer, pues tampoco. Vamos, digo yo que no habrá que copiar lo feo ¿no?

Y hablando de copias, todo lo bueno de esta creatura estaba ya en Persona de Bergman y a mí, particularmente, no me gusta el sucedáneo de caviar.

Si me apuran, se aprende más sobre sexualidad femenina con la mítica “La galaxia del terror (1981)”. Sí, la del pulpo espacial más cariñoso y golosón.
Razumikhin
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