Lo siento, Isabel, me caes bien, he visto películas tuyas que me han gustado bastante, pero ésta no me la creo. Por esas cosas ingratas de la vida, he sufrido muy de cerca el drama que afecta a los dos personajes de tu obra, y no me creo sus diálogos, no los asumo, no los comparto. Son literarios en exceso, y no me digas que son personas cultas, eso ya lo sé. Todo es impostado, artificial, recurrente; como decía Raimon "quan creus que ja s'acaba torna a començar". Es un peñazo insufrible, Isabel, una obra de cámara, y no estoy haciendo un chiste fácil, que se enrosca en sí misma y va dando vueltas y vueltas y siempre llegamos al mismo sitio. Ellos están bien, Isabel, sobre todo Candela, pero hay momentos en que les cuesta recitar lo que les has dado para interpretar. Aguanté hasta el final por vergüenza torera, por si pasaba algo que redimiera en el último tramo la infamia de la hora y cuarto anterior, pero todo sigue su curso y filmas la última escena dónde y cómo nos lo temíamos. En fin, otra vez será. En cuanto a esos apuntes sobre la crisis y tal, bien, te los podrías haber ahorrado, no porque no sean ciertos, sino porque la película va de otra cosa. Digo yo.