Santuario es un pulcro telefim que aborda un tema hasta ahora poco menos que tabú: las actividades de ETA en Francia y la respuesta de los mercenarios del GAL. Crónica periodística apenas disfrazada de ficción, sigue los pasos de un honrado funcionario del gobierno que intenta no entregar a los miembros de la organización a las autoridades españolas, porque sabe cuál será su destino: tortura y ejecución sumarias. Examina también las tensiones internas de los etarras, entre partidarios de una acción más política y los que sólo piensan en matar y causar estragos, que culmina con el asesinato de Yoyes. Se trata de una película convencional en su ejecución, sin malabarismos de cámara ni vicios experimentales: cine político, en la tradición de Elio Petri o Costa Gavras, aunque sin alcanzar las cotas de estos últimos. Recomendada para quienes deseen saber algo más sobre unos años convulsos y decisivos para el estado español.