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España España · Madrid
Voto de Charles:
8
Orejas largas
1978 Reino Unido
Animación
6.9
1,500
Animación. Aventuras En los pacificos prados de Inglaterra vive una comunidad de conejos. Cuando su madriguera se ve amenazada, un pequeño grupo de valientes conejos escapa de la madriguera en busca de un nuevo hogar. Conducidos por Fiver el visionario, Bigwig el valeroso, y el honorable Hazel hacen frente a multitud de desafios y peligros que superan gracias a su fuerza y astucia para sobrevivir, mientras persiguen su sueño. (FILMAFFINITY)
4 de abril de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces, en el mundo de los animales animados, no existe la "vida" propiamente dicha.
No parece haber cadena alimenticia, supervivencia del más fuerte, heridas mal curadas o huidas desesperadas.
La naturaleza parece amable, calmada, nunca trampa y siempre refugio.

'La Colina del Watership' existe precisamente para mostrar todo lo contrario.
La naturaleza es cruel, dura, exige preparación, demanda sacrificio. Es un ciclo hermoso y a la vez pleno de brutalidad, en una contradicción que muchas veces pasamos por alto.
Los animales que en ella viven no se relacionan en armonía y buenas costumbres, sino que las más de las veces se mantienen dentro de su territorio, esperando, conservando lo que tienen y temiendo cualquier acechante depredador con sed de sangre.

Valga para ilustrar eso la vida del conejo: un prólogo más "convencionalmente" animado nos muestra la historia de su especie como una fábula de líneas claras y sencilla moraleja, para después presagiar gravemente... "el mundo será tu enemigo, Príncipe de Mil Enemigos, y cuando te cacen te matarán... pero primero tendrán que cazarte".
A dicha fábula le sigue la crónica de una huida desesperada campo a través, protagonizada por conejos corrientes buscando un nuevo hogar, acosadps por un sinnúmero de peligros sin nombre ni aviso.
El cruel espolón de un ave rapaz, el despreocupado paso de los coches por la autopista, la deriva de un zorro en el bosque... cosas normales para nosotros, terroríficos peligros para ellos, mostrados a través de una animación "fea" y recargada.

Fiver, Hazel y Bigwig comandan la pequeña partida de conejos debido a la visión de un bosque sangriento por parte del primero, y su indefensión es la nuestra en todo momento: no existe un refugio en el verde prado, siempre hay que seguir avanzando por mucho que parezca tener algún halo de tranquilidad.
Quizá lo más interesante de esta historia en particular es su tratamiento de la violencia, y la progresiva sensación de inquietud que consigue inundarnos, donde vemos que realmente no hay salidas fáciles, que estos conejos (de educados parlamentos y acento británico) pueden estar a punto de morir a poco que se descuiden.
La sombra de la muerte les sigue allá donde vayan, a veces de manera segura y decidida, a veces de manera inexplicable y silenciosamente cruel, de manera demasiado impactante para la sensibilidad del joven Fiver y totalmente natural para sus curtidos compañeros.

Sin embargo, este tampoco es un viaje de una sola cara, a una tierra prometida que será la solución de todo.
La dificultad de la odisea acompaña todo el camino como para permitirse un final feliz: la supervivencia de un animal también depende de su capacidad de reproducirse, de la mutua paz con los sujetos más violentos de su especie y, lo más cruel de todo, también del azar.
Los viejos conejos viviendo en una madriguera cercada aparecen como un aviso de la rápida decadencia que acarrea la falta de hembras, y el tullido y siniestro General Woundwort es el solemne ejemplo de un animal que ha perdido su razón de tanto retorcerla.
Podría hacernos gracia, tratar conejos en rangos de cabo o general, creer que cualquiera de ellos vive feliz en cualquier madriguera, pero el tratamiento a sangre y brutalidad deja justamente lo contrario: la impresión de que es difícil vivir en la naturaleza, sin dejarse vencer o conquistar por ella.

Llegas al final temiendo por la seguridad de Fiver, Hazel y Bigwig.
La suya es una lucha que nunca acaba, donde a veces no gana el más fuerte, sino el que más rápido reacciona.
Pero a la vez, entre jadeos, tristezas y heridas, soy capaz de notar esa grandiosa sensación ausente de otros "animales animados": la vida, corriendo y fluyendo por las venas de estos conejos, aún más plena cuanto más duramente se ha defendido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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