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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Terror. Thriller Cindy (Christina Hendricks) y Mike (Martin Henderson) se embarcan en un viaje por carretera y planean pasar una temporada en un campamento de remolques antes de dejar a su problemática hija Kinsey (Bailee Madison) en un internado. Pero el viaje se ve interrumpido por la llegada de tres psicópatas enmascarados que atacan y matan sin piedad. (FILMAFFINITY)
25 de mayo de 2018
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya una década, los Extraños llamaron a la puerta del cine de terror contemporáneo.
Sin las infancias traumadas de psicópatas diversos, ni las deformaciones espantosas de mutantes violentos, tampoco la estética impactante de otros tantos asesinos, su maldad calaba hondo por una sencilla justificación...
"Porque estabais en casa."

'Los Extraños: Cacería Nocturna' no deja de ser más de lo mismo, pero son sus agradecidos toques de rareza los que la hacen pasar de rancia a mínimamente visible.
Su director, quizás consciente de que está replicando un modesto éxito ajeno y lejano en el tiempo, elige la vía de la "exploitation": título plasmado en letra recargada sobre fondo chillón, proliferación de música ochentera absolutamente pegadiza y cierta atmósfera "barata" que cuadra perfectamente con expectativas bajas.
Tal vez porque era la única forma de hacer homenaje a una historia digna de cualquier doble programa de terror en autocine.

Son dos familias la que coinciden en el hotel de caravanas, las dos con una oscuridad palpable en sus dinámicas, salvo que la de caras de tela y cartón mata en vez de tirarse los trastos encima.
Meter protagonistas ya tocados por la desgracia no es nada nuevo, pero sí añade un extra de urgencia a la hora de huir, así como cierta idea maligna de que los Extraños rondan las cosas que no han salido bien: un matrimonio fallido anteriormente, ahora una familia que no ha aprendido a quererse.
Contrasta eso con la parsimonia y normalidad que se toman ellos en cada asesinato, rara vez abalanzándose o corriendo, sino disfrutando cada segundo delicioso en el que sus víctimas ruegan primero por su vida, después por un final rápido que les ahorre esa normalidad bizarra minutos antes de la puñalada.

Está claro que el "Basado en hechos reales" se acaba agotando, y pronto deja de importar la inquietud que se ha construido, para pasar a la cacería.
Pero quedan rastros, imágenes... piscinas teñidas de sangre, figuras que se giran en la penumbra o caras blancas que aparecen de la nada... elementos fuera de lugar, helando la sangre en esos sitios en los que nunca pasa nada.

No se queda una impresión duradera, pero se siente el temor de que esa persona observando fijamente en la oscuridad, ante el buscar una razón, te pueda contestar... "¿y por qué no?"
Charles
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