Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Fantástico. Terror En una isla perdida en medio del océano, dos hombres se defienden, noche tras noche, resguardados en un faro, del asedio de unas extrañas criaturas marinas. Sometidos a la extrema tensión, sin entender las razones del ataque, tendrán que replantearse cómo enfrentarse a lo desconocido. Adaptación de la exitosa obra de Albert Sánchez Piñol. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2017
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede ser que no hubiera necesidad de convertir esta historia en un relato reflexivo y alegórico, más interesado en las emociones que crea que en la acción que está sucediendo.
Un faro asediado por criaturas y dos hombres atrapados podría ser un gran relato de supervivencia, sin nada más que añadir al conjunto que no fuera tensión o inmediatez.

Y pese a todo, 'La Piel Fría' elige la vía contraria.
Abre su situación hablando de amor y odio, y elige un lugar entre medias. Se queda con el recién llegado Friend, y se toma tiempo para entender sus anhelos y renuncias, sus miedos e inquietudes.
Convierte la isla en la que sucede en un estado aséptico, casi alucinógeno, perpetuamente misterioso, y planta el faro como única autoridad moral en el horizonte, trayendo luz artificial a lo que no deja de ser una roca en medio de ninguna parte.

En esta isla hay más de lo que se ve a simple vista.
Más habitantes y más conflictos, pero también más furia de la que deja adivinar el calmado mar que se estrella en sus costas.
Friend llega a ella siendo nadie, huyendo de un mundo que se prepara para alzarse a palos entre hermanos (esa Gran Guerra que se hace notar en periódicos desfasados), y ansiando calma se topa conque no es la luz del faro lo que dibuja formas que se mueven entre las rocas.
Las noches se hacen largas y los días cortos, y de lo que no nos hemos dado cuenta es que el faro que lleva el otro habitante de la isla, Gruner, no es sólo un edificio: es una fortaleza.

Desde el momento en que Friend asume que va a tener que plantar resistencia, se dibuja un universo muy particular: ni él ni Gruner se han planteado abandonar.
Luchan cada noche, sobreviven enjambres de resbaladizas criaturas y se reponen durante el día porque parece lo que deben hacer, no queda espacio para mucho más; "Darwin se ha equivocado" y al hombre le da igual mientras tenga un sitio que habitar.
La bondadosa presencia de otra criatura hembra, hermana de quienes les atacan de noche, no parece dar espacio a contemplar lo extraordinario: Aneris se cubre y oculta como una alimaña cualquiera, curiosa rareza para Friend y desgastada esclava sexual de Gruner por su forma femenina.

El furor de la noche y la espera de otro ataque dejan los hermosos atardeceres como escenarios de fondo, que nadie podría apreciar.
Pero hay belleza en esa criatura de branquias azules y piel fría, que vemos en su magnífico esplendor cuando nada en el océano. Hay nobleza en esa criatura que deja en ofrenda secretos de las profundidades, aunque nadie le haya pedido hacerlo. La hay en la misma medida que relucen la crueldad y el egoísmo en los actos de un hombre como Gruner, que necesita marcar una fuente natural para dejar claro "eso es mío".
Entre silencios y pensamientos, somos capaces de sentir el cambio que se produce en Friend, el sutil punto de inflexión que aleja el salvaje que todos llevamos dentro para dejar paso al ser humano que, libros y evolución intentan recordarnos, seguimos siendo.

En esa isla de roca oscura, que se pinta el lugar más olvidado de la Tierra, dos hombres viven un milagro de la naturaleza, en tiempos de guerra.
Y su primer impulso es rajarlo, follarlo, humillarlo, descuartizarlo, temerlo y despreciarlo, sin ninguno de ellos haber vivido la agitación de una Europa al borde de la violencia, sin tener excusa para un comportamiento que puedan llevar de "casa".
No quedan intenciones de compartir, de comunicar, quizá de admirar. La obsesión lo devora todo, el odio se encarga de borrar todo lo demás.

Lo peor, quizá, es que ni siquiera Friend se ha planteado si hay algo más.
Él que tantos libros había leído, él que tanta medición aplica a los fenómenos naturales, su primer impulso ha sido luchar, a la desesperada, contra aquellos seres que no ha querido comprender.
Porque sangran, sienten y temen como él, aunque quizás lo imposible de aceptar es que tengan manos, aletas y pies. Parece que, se puede pensar, no concebimos el cuerpo humano como algo especial, y si viene privado de habla o razón sólo se puede golpear o fornicar: dos acciones que son esencia de la interacción humana, solo que para los de piel fría van privadas de cualquier atisbo de humanidad.
Da qué pensar que, de todas las características de nuestra evolución, la que sobresale es que necesitamos alguien a quien odiar.

¿Quién tiene la piel fría, al final?
Probablemente, nadie que viva en la orilla te sabrá contestar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow