En su "Moby Dick" de 1956 John Huston consiguió plasmar con éxito la esencia de la novela de Herman Melville en la gran pantalla. Destaca la actuación de Gregory Peck como el capitán Ahab, creíble y carismático en una de las actuaciones más diferentes de su carrera.

La trama se sigue con interés de principio a fin y, aunque conforme avanza, su ritmo se ralentiza en algunos momentos, a fin de cuentas es algo que encaja bien para transmitir esa obsesión continua por encontrar a Moby Dick, lo que se traduce en unas idas y venidas en alta mar en un ambiente calmado que precede a la tormenta.

Una película de aventuras pausada y con buenos efectos especiales para su época, que se hace fuerte en su ambientación, arrastrándonos de lleno a la cubierta del ballenero Pequod durante su búsqueda de la mítica ballena blanca.