Cada vez me fascinan más estas series de TV que en lugar de darte certezas, respuestas estereotipadas o clichés culturales, se despelotan sin pudor en el primer episodio para proponerte algo más allá del simple entretenimiento. 'The Leftovers' marcó el caminó a seguir y veo con satisfacción que hay otros creadores dispuestos a hacernos pensar, a incomodarnos, a hacernos vulnerables percibiendo como ese canalla que estás viendo en una serie de ficción podrías ser tú mismo/a de haber sido retorcido por los mismos resortes.

Pensando en esta propuesta llego a la conclusión de que no hay nada nuevo bajo el sol, pues aparece cual fantasma aquel personaje escrito por Mary Shelly hace más de un siglo, el monstruo de 'Frankestein' y su permanente búsqueda de respuestas existenciales.

Y es que la tercera parte de 'The Sinner' nos propone meternos en la mente de una persona que no sabe que es un monstruo, pero busca respuestas que llenen su agujero negro de miedos, su falta de propósito en la vida, su obsesión por ser comprendido y bendecido por quienes le rodean sin merecérselo.

Y es por esa incomodidad que me produce verla y por no ser para un público mayoritario que le doy un 10.