Da como cosa poner un 10. Nade pone dieces. Te reservas, racaneas, reservas el 10 a lo divino. Yo voy a guiarme por la descripción que hace filmaffinity de ese 10: excelente. Victoria no es perfecta, pero es excelente. Si los argumentos increíbles de las típicas pelis de acción de Hollywood estuvieran actuados y dirigidos con naturalidad, o si consiguiéramos creernos que la realidad supera a la ficción, Victoria podría ser un documental. Me rompió la cabeza porque era a la vez eso y no: extremadamente ficción, extremadamente la vida.

Yo ni siquiera había leído que fuera un plano secuencia, ni me fijé. Quizás si sabes eso de antemano te condiciona a estar atenta y ver los fallos. Yo tuve la suerte de encontrármela sin saber nada y desde luego que me surtió el efecto que se espera de los planos secuencia: es como un paseo. Un paseo sin más, con todas las conversaciones y escenas menores que se dan en un paseo, y un paseo de película de acción, con todos los giros fantásticos pensados para hacerte mantener la atención.

Me tuvo varios días atrapada, viviendo mi propio plano secuencia como si a la vuelta de la esquina fuera a ocurrir cualquier cosa.