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España España · Jerez de la frontera
Voto de DavidFilme:
5
Thriller. Terror. Intriga Cassie (Christina Ricci), una chica norteamericana que recorre la campiña inglesa, después de sufrir un accidente se recupera en casa de la mujer que la ha atropellado. Un extraño suceso provoca el hallazgo de una iglesia paleocristiana que contiene un extraño bajorrelieve y un Cristo crucificado en una insólita posición. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Visitantes" es un aceptable thriller sobrenatural, dirigido por Brian Gilbert y protagonizado por Christina Ricci. Una pareja de novios descubre accidental y fatalmente una iglesia romana del siglo I escondida bajo un montículo en Glastonbury. En su interior, los arqueólogos encontrarán un extraño bajorrelieve que recrea la crucifixión de una forma atípica y desconcertante. Los productores Marc y Peter Samuelson y el director Brian Gilbert, se reunieron para traer a inicios del nuevo milenio este interesante y decente thriller con tintes sobrenaturales, acerca de un intrigante y antiquísimo misterio de origen religioso que tiene inesperados alcances macabros y espeluznantes, ambientado en la Inglaterra profunda y, por tanto, potencialmente incluida dentro del género de folk horror o horror rural. Una historia interesante y atrapante a cargo del escritor y guionista Anthony Horowitz, que explora la sugestión y ansiedad que pueden producirse en los procesos que involucran la pérdida y búsqueda de la propia identidad en adolescentes y jóvenes y sus consecuentes conflictos emocionales. Sin embargo, a pesar del gran interés que la premisa narrativa puede generar en el espectador, la verdad es que queda la sensación, primero, que tanto el guionista como el director no sacan el mejor provecho a una historia a todas luces original e impactante dentro de su naturaleza sugerente y seudo fantástica.

Hay algunos momentos de la trama, en que el ritmo narrativo baja de forma muy evidente por tratar de adentrarse en otras aristas narrativas menos pertinentes e interesantes como el forzado romance de Cassie y Dan o la relación de Marion con sus hijastros, que forman parte de un intento por abordar cuestiones dramáticas, pero que se introducen de una forma poco afortunada y desvirtúan el ritmo que la película ha llegado a tener, en especial con el descubrimiento de Luke Fraser, el sacerdote arqueólogo. Y, en segundo lugar, lamentablemente no se atreve a traspasar sus propios limites como narración de misterio e intriga, pareciendo resignada y mezquinamente a ajustarse a ser un thriller sobrenatural sin mayores pretensiones. Da la impresión de que la historia misma, que propone a un grupo de personas condenadas a reencarnar y presenciar una y otra vez diversas y brutales tragedias a lo largo de los siglos por haber asistido a la crucifixión de Jesús por motivos meramente morbosos, termina por limitarse a su propia naturaleza, la de no intervenir activamente en su concreción o anulación como maldición, aunque sugiera la redención de uno de los protagonistas. Además, tampoco se arriesga, se entiende que por problemas de censura por la iglesia eso sí, en profundizar en las acusaciones de pedofilia y abuso sexual a menores a sacerdotes y altos personeros de la iglesia, que propone el guión propone como canal y vehículo para la tragedia que se desencadenará en el epílogo.

No obstante, un elemento que cumple, pero que pudo haber sido mejor explorado es la estructura del protagónico, Cassie Grant. Interpretada por la siempre eficiente e hipnótica Christina Ricci, surge como un personaje misterioso del cual el guión no entrega mayores detalles, suponemos para sorprender de mejor manera al espectador en la revelación de su identidad en el epílogo. Sin embargo, a pesar de que se excusa por su amnesia, no está del todo dibujada ni emocional ni dramáticamente como uno esperaría, el guión no descuida la exploración de la psiques alterada por el misterio del protagonista, en pos de desarrollar la intriga que supone el fenómeno sobrenatural. Por otra parte, tiene una lograda atmósfera de misterio y suspenso, a pesar de ser una película de ajustado presupuesto. Con escenarios externos para desarrollar la trama de misterio, conviene indudablemente destacar los decorados de la iglesia paleocristiana a cargo de la diseñadora de arte Caroline Amies, en donde destaca la enorme cruz y el sugerente bajorrelieve que conmociona y horroriza a partes iguales. El trabajo de fotografía de Martin Fuhrer, ayuda en gran medida para crear una atmósfera tan sobreacogedora como desconcertante a estos decorados malditos, pero también destaca en el aspecto rústico y rural en los exteriores de las viejas casas de piedra desparramadas por el montañoso paisaje, escenas rodadas en la enigmática y lejana Isla de Man, entre Inglaterra e Irlanda.

Las actuaciones son bastante flojas, con un reparto encabezado por la estadounidense Christina Ricci, quien interpreta a Cassi Grant, joven estadounidense que paseaba por la campiña inglesa cuando es atropellada y pierde la memoria. Su interes amoroso Dan fue encarnado por el galés Ioan Gruffudd, con quien no tuvo una química importante. También encontramos en el reparto a Stephen Dillane, como el arqueólogo Simon Kirkman. Y la neozelandesa Kerry Fox que encarna a Marion, su segunda esposa. Simon Russell Beale, Robert Hardy y Peter McNamara, personificaron al sacerdote arqueólogo Luke Fraser, al obispo y al maniático Frederik M. Argyle.

En definitiva, un aceptable thriller sobrenatural con una historia atrapante que, sin embargo, pudo haber sido mejor aprovechada si el director hubiese tenido mayores ambiciones narrativas y discursivas. El argumento atrapa a todo aquel apasionado de la historia sagrada y la literatura, tiene ese aire de misterio vivido y espeluznante sobre todo por la realidad que refleja hacia la indiferencia humana sobre su prójimo. Una metáfora entre el placer divino y el placer maligno de ver a personas agonizar.

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DavidFilme
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