Del mismo modo que hay muchas obras claramente infravaloradas, ésta que nos ocupa me parece-al igual que lo que he podido leer en otras críticas-del todo sobrevalorada. La premisa del argumento es interesante y en mi opinión no del todo inverosímil, si tenemos en cuenta la enorme complejidad de la mente humana, con su laberinto de frustraciones, deseos prohibidos, pecados, miserias y otros secretos inconfesables. Por otro lado, hablaríamos de las cloacas de la vida y la sociedad, llamémosle 'moderna'.
El personaje de Italia ha de ser a la fuerza extremo en el contexto de la historia y a la vez totalmente opuesto a la belleza y glamour de la otra, de la esposa y madre. El protagonista ya tiene una vida aséptica, de aparente éxito, que le asfixia. En cambio, Italia es otra cosa; es pasión, instinto, desorden y unas gotas de caos que podemos echar de menos en una rutina insulsa. Es complicado definir con palabras la naturaleza de la relación y la pulsión de Timoteo hacia Italia. Ahora bien, la película para mi no es memorable porque hay detalles que me chirrían, principalmente la que algunos defienden como magna interpretación de Penélope Cruz, que paso a comentar en 'spoiler'.