Dicen que solo existen unos cuantos modelos de historia, y que todo lo que hay no son más que variaciones. En este caso, trata del típico hombre normal luchando por un sueño un poco alocado en el que no muchos se embarcarían, nunca mejor dicho. Esto está más visto que la cabecera de "Juego de tronos".
Firth y Weisz son buenos actores sin duda, pero creo que ambos tienen trabajos que hacen que este les venga demasiado pequeño.
La película también está basada en hechos reales, lo que siempre es un arma de doble filo. Aunque narre algo a priori interesante, tiene que ajustarse a lo que pasó, lo que termina siendo una lacra para el ritmo.
Personalmente, el mundo de la navegación me interesa tanto como las granjas de avestruces o la política interna de Eslovenia, con lo cual poco puedo empatizar con el protagonista, por mucha pasión que el tipo le ponga a su asunto, para él lo más importante del mundo.
Así que lo único que me podía ofrecer esta película para que me gustara es aventura. ¡Pues ni eso tiene!
Este hombre va resolviendo problemillas técnicos, en plan Robert Redford en "Cuando todo está perdido". Navega, habla solo, me da mucho sueño, y de vez en cuando vemos a su familia lamentándose porque papá no está. Todo muy "ameno", como vemos. Ah, y por supuesto, no falta la típica tempestad (que se sabe que va a haber una tanto como que James Bond siempre liga), pero que se despacha en menos de un minuto y pronto vuelven al tedio más absoluto.
Puede que sea fiel a los hechos, pero les ha quedado una película francamente aburrida, que si hubiera sido 15 o 20 minutos más larga, habría dejado de verla a medias.
¡Qué rollazo!