En Londres, a principios del siglo XX, surgió el movimiento por el derecho de la mujer a votar. Fueron estas activistas las que tuvieron que poner sobre la mesa lo que hoy damos absolutamente por hecho, y que tiempo atrás no se concebía en la sociedad machista de la vieja Europa (ni del resto del mundo).
La joven Carey Mulligan encabeza el reparto, y junto a ella vemos todo el sufrimiento que tuvieron que padecer estas mujeres para conseguir algo completamente lógico y justo.
No actúa nada mal la chica, teniendo en cuenta todos los dramas por los que tiene que pasar su personaje. Desconozco si la protagonista está basada en alguien real, pero desde luego el contexto sí que lo es.
Le acompaña la efectiva Helena Bonham Carter, que con su piel paliducha parece que tiene siempre el mismo aspecto y que los años no pasan por ella. En este tipo de cine histórico se encuentra como pez en el agua.
Meryl Streep sale lo justo, y eso me parece bien. Esta veterana actriz, en la mayoría de las ocasiones en las que tiene mucho protagonismo, hace proyectos no demasiado interesantes y generalmente aburridos.
Mejor está el prolífico Brendan Gleeson, al que podríamos considerar el “malo” y cuya presencia nos muestra el otro lado de la contienda social.
La ambientación y fotografía consiguen que nos creamos estar viendo realmente el Londres de 1910. Tanto es así, que dan ganas de ponerse a protestar con ellas por las injusticias que pasaban, que en ocasiones les llevaron incluso a la cárcel.
La película equilibra muy bien la narración política e histórica con el sufrimiento personal y el drama de estas “apestadas sociales”, así que si le hemos de sumar los otros valores positivos que he comentado, el resultado es una película interesante. Podría haberles salido mucho peor, porque podrían haber tirado por el camino fácil del sentimentalismo propio de una película ambientada en ese contexto y protagonizada básicamente por mujeres, pero afortunadamente prefieren contarlo desde otros puntos de vista más interesantes. Así que el film es bueno, no un peliculón desde luego, pero sí recomendable para conocer un capítulo del siglo XX que creo que no se ha explotado demasiado en el cine, interpretado por buenas actrices que consiguen que empalicemos con su justa causa.