Una maravilla más del cine de animación con el que Pixar nos deleita desde hace unos años. Un bello cuento de realización personal, con personajes adorables, preciosa infografía y argumento con mil caras, de los que gustan a cualquier público. Los niños la disfrutarán, pero los adultos también pueden sacarle mucho jugo con sus moralejas. He ahí la fórmula secreta de Pixar que tan bien saben hacer.
Lo que puede parecer una historia absurda (casa con globos) está tan bien contada que no importa.
A destacar la hermosa partitura de Michael Giacchino, el personaje protagonista, el perro bueno, y la secuencia de la vida de Carl y Ellie. Un estupendo ejercicio de narrativa en el que se demuestra el buen hacer del director y guionistas, pues expresa muchas ideas y emociones en una sucesión de pequeñas escenas sin diálogos. Arte puro.
En fin, una joya de la animación, solo comparable o superable por sus mismos creadores.