La hija del famoso Francis, muy cómoda en el cine menos comercial, nos trae este relato que nos muestra una vez más lo crueles que pueden llegar a ser las personas cuando se dejan llevar por sus pasiones. También nos recuerda que en un entorno reducido y aislado siempre puede surgir un conflicto con imprevisible final.
Quitando a Colin Farrell y algún secundario, todas las protagonistas son mujeres. Y el reparto es muy bueno. Yo destacaría a la hermana pequeña de las Fanning, que últimamente está trabajando más y mejor que Dakota, a pesar de haber hecho la horrorosa “The neon demon”. También está la de “Jumanji”, que ya trabajó con esta directora en “Las vírgenes suicidas”.
Coppola saca el mejor partido de los actores. También hay un estupendo trabajo en la fotografía. Pero el guion no es tan brillante como parece. Al principio tiene la pinta de ser una película de época cursi y romántica, variando luego hacia el suspense puro y duro. Es algo lenta de ritmo en su primera mitad, así que con lo corta que es, no hay mucho tiempo para que se ponga excesivamente interesante, solo lo justo y necesario.
Hay films de intriga similares a este (con pocos personajes en un escenario aislado), que me han parecido mucho mejores que este. La culpa la tiene el personaje de Colin Farrell, que tarda demasiado tiempo en despertarse. Debería haberse recuperado antes, para que hubiera habido más movidas entre estas celosas y conspiradoras mujeres, que no son tan cursis y recatadas como parecen.