Las mentes creativas y retorcidas de padre e hijo se unieron para crear este extraño relato de terror. Al igual que en tantos otros cuentos de Stephen King, se pasa rápidamente de la normalidad al absurdo, con un planteamiento muy sencillo, como es un simple campo de hierba.
Pues bien, creo que la elección de Vincenzo Natali como director de esta adaptación ha sido muy acertada. El creador de “Cube” es experto en hacer cine fantástico con unos pocos personajes y sin grandes efectos especiales. La película, al menos al principio, me ha enganchado tanto como el cuento, con ganas de entender qué demonios pasa con esta maldita hierba alta, que me recuerda a ciertos momentos de “Los chicos del maíz”.
Con todo eso, no deja de ser un film un tanto “friki” que a lo mejor no les gusta mucho a los que no sean seguidores del famoso autor.
En cuanto a miedo, no da realmente ninguno, aunque sí un poco de agobio e inquietud. Como siempre, al poner a un grupo de personas en una situación límite de peligro, hay quien es mucho peor que cualquier amenaza externa.
Por cierto, el único actor conocido es Patrick Wilson, en un papel muy diferente al de Ed Warren.
Como fan de King, me ha parecido una película aceptable, aunque no me acuerdo lo suficiente del relato como para poder decir si es muy fiel. Sí que creo recordar que era un cuento muy corto como para llenar una hora y media.