Me resulta difícil comparar con la primera y la segunda porque sólo las he visto una vez. La primera , en su día, me gustó, con reservas, la segunda me gustó menos, aunque me pareció que partía de ideas interesantes, pero no me hicieron gracia la mayoría de los gags. En esta tercera me ocurre parecido a lo que me pasó con la segunda, tenía más potencial del que se aprovecha, pero también tiene algún gag, pocos pero reseñables, especialmente graciosos e imaginativos.

Empieza con una escena de acción frenética- y cuando digo frenética quiero decir f-r-e-n-é-t-i-c-a -en Montecarlo, en la que se notan demasiados planos pensados para el 3D, pero a la postre termina siendo una de las mejores partes de la película porque tiene algún gag afortunado y es muy movida.

La parte del circo es distraída por su colorido y el diseño de los personajes, pero termina derivando en un argumento con una moraleja muy típica, que recuerda a las tramas de Bichos o Chicken Run.

Lo mejor es la Capitana Dubois, aunque en ocasiones sus habilidades villanescas son hasta demasiado exageradas, y las primeras escenas de amor entre el Rey Julien y la osa, que parece que va a ser una subtrama desternillante (hay una escena divertidísima en El Vaticano), pero al final se olvida durante casi toda la película y apenas se vuelve a ello para una pequeña conclusión.

Los pingüinos y los monos cumplen como siempre, pero el reparto es tan extenso que algunos personajes se quedan sin mucho que hacer, entre ellos Melman, Gloria y, sobre todo, Mort y Maurice y en el tercer acto no hay demasiados chistes que destaquen.

Los personajes nuevos del circo no me matan, su diseño mola pero sus historias y personalidad no me parecen apasionantes. Aunque ,dicho sea de paso, tampoco me las parecen las de los cuatro protagonistas habituales. Al igual que Ice Age esta franquicia siempre ha funcionado más gracias a los secundarios que a los personajes principales.

Tiene momentos de 10, varios de 7 y muchos de 5, pero en total hay demasiado movimiento como para que algo destaque. En conjunto me da un poco de lástima que estos filmes no tengan unos chistes más trabajados o un tono menos irregular, ya que técnicamente están bien ejecutados y la premisa de la franquicia (animales que se viajan por el mundo y se desenvuelven entre los humanos) funciona en sus momentos más logrados, especialmente cuando los pingüinos o los monos logran hacer negocios con las personas con ayuda de trucos y disfraces. Podría ser algo tan divertido como los Looney Tunes pero muy a menudo acaba siendo más bien una especie de guateque de boda con mucha "marcha" y canciones del verano, pero sin barra libre y con una diversión que se olvida a la mañana siguiente.

Parece que será la última pero tampoco queda totalmente claro.