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Voto de BelénLo:
4
5.0
188
Comedia
Janet Harper es la mujer de un ejecutivo norteamericano destinado en Londres. Su marido, tiene mucho trabajo en la fábrica y ella algunos problemas de adaptación al nuevo hogar y a la ciudad, pero llama la atención de un caballero prototipo de la buena educación europea, lo que despierta los celos del marido. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película contiene todos los elementos para que le guste a los que disfrutamos con "Confidencias a medianoche" o "No os comáis las margaritas":
- Doris Day era una buena actriz y cantante (canta la canción de los títulos de crédito) y se esfuerza hasta en escenas algo vergonzantes como la del hombre orquesta.
- Rod Taylor era un buen actor y hacía buena pareja con Day.
- Un gran diseño de producción, lo suficientemente colorista y lujoso como para hacer soñar a cualquiera con una Europa de fantasía (la mansión en la campiña inglesa, el café del París "auténtico"...)
- Gran atención al vestuario, incluido el indispensable sombrerito absurdo de turno.
- Réplicas ingeniosas y algún diálogo divertido (como el de los "Ocho con seis" del taxista).
Pero le falta un guión, solo existen escenas (más o menos divertidas) débilmente hilvanadas unas con otras; y así van pasando los minutos mientras uno se pregunta cuál va a ser la trama ¿la del comprador de lanas? ¿la del falso pretendiente? ¿la de la mudanza? ¿la del anticuario?
De hecho, da la impresión de que tomaran elementos de otros éxitos de la estrella: el traslado al campo de 'No os comáis las Margaritas', los equívocos de 'No me mandes flores', etc... y después no supieran qué hacer con ellos.
Y poco a poco, vas teniendo la impresión de que no existe ninguna trama, y una creciente sensación de aburrimiento y de desperdicio de actores y medios.
- Doris Day era una buena actriz y cantante (canta la canción de los títulos de crédito) y se esfuerza hasta en escenas algo vergonzantes como la del hombre orquesta.
- Rod Taylor era un buen actor y hacía buena pareja con Day.
- Un gran diseño de producción, lo suficientemente colorista y lujoso como para hacer soñar a cualquiera con una Europa de fantasía (la mansión en la campiña inglesa, el café del París "auténtico"...)
- Gran atención al vestuario, incluido el indispensable sombrerito absurdo de turno.
- Réplicas ingeniosas y algún diálogo divertido (como el de los "Ocho con seis" del taxista).
Pero le falta un guión, solo existen escenas (más o menos divertidas) débilmente hilvanadas unas con otras; y así van pasando los minutos mientras uno se pregunta cuál va a ser la trama ¿la del comprador de lanas? ¿la del falso pretendiente? ¿la de la mudanza? ¿la del anticuario?
De hecho, da la impresión de que tomaran elementos de otros éxitos de la estrella: el traslado al campo de 'No os comáis las Margaritas', los equívocos de 'No me mandes flores', etc... y después no supieran qué hacer con ellos.
Y poco a poco, vas teniendo la impresión de que no existe ninguna trama, y una creciente sensación de aburrimiento y de desperdicio de actores y medios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Cualquiera de esas tramas enunciadas concluye casi antes de empezar:
- Ella recibe unas flores que le ha mandado una amiga para provocar los celos del personaje de Rod Taylor, y cuando está colocándolas en un jarrón, le dice al marido "me las ha mandado mi amiga porque quiere que tengas celos".
- Más tarde aparece un vendedor de antigüedades, que aspira a convertirse en amante (real) y después de una situación equívoca en París, el marido y el anticuario hablan y se aclara la situación en cinco minutos.
Total, que cuando todos y cada uno de los conflictos se han resuelto a los tres minutos de enunciarse, o se dejan de lado, se llega a un momento en el que habrá que acabar la película de alguna manera.
Y el final resulta un poco bochornoso: una escena digna del vodevil más manido, con la pobre Doris Day corriendo por los pasillos del hotel perseguida por un tipejo lamentable mientras todos se ríen (el acoso sexual es lo que tiene, que es tronchante).
Y como ya no sabían qué más hacer, la pareja protagonista se encuentra, se abraza y aparece un cartel con el THE END.
- Ella recibe unas flores que le ha mandado una amiga para provocar los celos del personaje de Rod Taylor, y cuando está colocándolas en un jarrón, le dice al marido "me las ha mandado mi amiga porque quiere que tengas celos".
- Más tarde aparece un vendedor de antigüedades, que aspira a convertirse en amante (real) y después de una situación equívoca en París, el marido y el anticuario hablan y se aclara la situación en cinco minutos.
Total, que cuando todos y cada uno de los conflictos se han resuelto a los tres minutos de enunciarse, o se dejan de lado, se llega a un momento en el que habrá que acabar la película de alguna manera.
Y el final resulta un poco bochornoso: una escena digna del vodevil más manido, con la pobre Doris Day corriendo por los pasillos del hotel perseguida por un tipejo lamentable mientras todos se ríen (el acoso sexual es lo que tiene, que es tronchante).
Y como ya no sabían qué más hacer, la pareja protagonista se encuentra, se abraza y aparece un cartel con el THE END.