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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
9
Drama En la Roma de la posguerra, Antonio, un obrero en paro, consigue un sencillo trabajo pegando carteles a condición de que posea una bicicleta. De ese modo, a duras penas consigue comprarse una, pero en su primer día de trabajo se la roban. Es así como comienza toda la aventura de Antonio junto con su hijo Bruno por recuperar su bicicleta mientras su esposa María espera en casa junto con su otro hijo. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2011
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El neorrealismo italiano es un género que, o te gusta, o no te lo tragas. No hay término medio porque esto ocupa el extremo contrario que películas como 'xXx' o 'The Fast and the Furious', y si lo que te gusta es exclusivamente el cine de palomitas, con esto lo tienes crudo.

Vittorio de Sica dirige la película que se ha convertido según la mayoría en el máximo exponente del neorrealismo. Teniendo en cuenta que hay directores en este género como Fellini o Visconti, esto se convierte en todo un logro. Vittorio de Sica escribe un guión fantásico a partir de la novela (que no he leido) de Luigi Bartolini. Dicho guión marca los tiempos a la perfección para contar una historia durísima que, contada por encima, puede parecer una chorrada. De Sica tiene parte de mérito del guión y lo tiene todo en la dirección. En esta clase de películas apenas existe la iluminación artificial, con lo que el aprovechamiento de la luz del sol se vuelve fundamental, y ahí la dirección de fotografía se manifiesta como otro de los grandes activos de la película. Sobra decir que la fotografía también la supervisa el director (lo supervisa todo, de hecho, y más en aquella época) y que es otro de los puntazos de Vittorio de Sica. Los planos (muchos de ellos secuencia), siempre potenciando las situaciones, completan una dirección sobresaliente.

Lamberto Maggiorani, actor "amateur" (como la mayoría del género), continúa la línea de naturalidad que tiene toda la película. Su actuación parece más digna de uno de lo actores clásicos del cine que de un aficionado (con lo que el mérito de De Sica crece), con un papel dramático tremendamente complicado que desempeña a las mil maravillas, sacando fuera de la pantalla cada una de las sensaciones que experimenta su personaje. El jóven Enzo Staiola, más de lo mismo. Si bien su actuación no está al nivel de la de Maggiorani, hay que resaltar que para su edad está más que aceptable. El cartel de secundarios sigue la misma línea que el protagonista y su segundo, siendo todos ellos actores debutantes que dejaron su carrera tras esta obra maestra o que hicieron, como mucho, un par de películas.

Resumiendo, que es gerundo: quienes no sepan lo que es el neorrealismo no tienen más que ver 'Ladrón de bicicletas'. Un retrato crudo de la realidad que se ve más como un documental que como una película (teniendo en cuenta que toda película es ficción) y que deja un mal cuerpo tremendo, vistas las consecuencias de un hecho aparentemente sin demasiada importancia. Que tantos años después consigamos ver la obra y darnos cuenta de que esa poca importancia era por aquel entonces una desgracia, dice mucho en favor de Vittorio de Sica.
Grijander
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