Película social que refleja la cruda realidad de la clase obrera en tiempos de crisis. Con un estilo realista, casi de documental, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne (El Niño de la Bicicleta) dirigen una película intensa, emocional y comprometido con la sociedad.

Para reflejar en pantalla lo que escriben en el guión, los hermanos Dardenne cuentan con Marion Cotillard (Origen) que ejecuta una interpretación magnífica sobre una mujer de clase baja que tras un periodo de baja de su trabajo se topa con la cruda realidad del despido. Resultando esta acción como improcedente por parte de la empresa, puesto que por presiones se obliga al resto de trabajadores a decidir si el personaje de Cotillard debe incorporarse a cambio de la pérdida de la paga extra. Así comienza el periplo de esos días que indica el título, puesto que es el tiempo que tiene la protagonista para convencer a sus compañeros de trabajo para volver a votar, ya de una forma más legal, si debe ser despedida.

Con esta tesitura, Cotillard inicia un periplo en el que debe luchar con las ambiciones, anhelos, de un grupo de compañeros que irán demostrando lo mejor y lo peor del ser humano como el egoísmo, la amistad, la ira, la compasión... Y muchos más adjetivos que surgen por cada personaje que va apareciendo según avanza la película. Con la especialidad de los directores en reflejar la realidad, nos encontramos ante una película que es cruda socialmente, pero que también logra sacar buenos sentimientos de esas personas que obran bien y con justicia. Es un choque de clases también aunque las altas esferas no se vean filmadas, poderes de facto que parece que observan a sus conejillos de indias luchando por las migajas que les dan del pan que comen los ricos. Una película honesta y pura sobre una realidad bien conocida; es cine sencillo pero a la vez lleno de enseñanza de la vida y directo, franco.