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Canadá Canadá · Montreal
Voto de hpbordon:
7
Romance. Drama Un hombre y una mujer se conocen en un pequeño pueblo italiano del sur de la Toscana. Él es un escritor inglés que ha ido para dar una conferencia. Ella es una galerista francesa. (FILMAFFINITY)
2 de junio de 2010
33 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Copie conforme” es la primera incursión en Europa del director iraní Abbas Kiarostami. Y lo ha hecho en medio de La Toscana italiana, con pocos personajes, como a él le gusta. Muchos llevaban años esperando a que Kiarostami volviera al largometraje de ficción con fuerza, y desde luego que ahora ha vuelto a convencer.
Y lo ha hecho mediante una “copie conforme” del “Viaggio en Italia” (“Te querré siempre" en España – ¡maldita sea con las traducciones de los títulos! –) de Rossellini. No me dio tiempo a percibirlo por mí mismo, porque se ha hablado del tema nada más escuchar un comentario sobre la película. Y es que es evidente el parecido: una pareja adulta, más bien ya madura, de extranjeros en Italia. En este caso no es el viaje de un matrimonio, sino el encuentro entre un escritor y una –digamos– madre de lo más atractivo, lo que da pie a esta historia.
Se puede decir que el eslogan de la película, al igual que el del libro que presenta el escritor inglés James Miller, encarnado por William Shimell, es el de “una buena copia vale más que el original”. Y, desde luego, puede haber suficientes motivos para considerar a la película de Kiarostami incluso por encima de la de Rossellini.
A su vez, la película no se centra únicamente en esa reflexión que se nos presenta en la primera mitad del metraje, que puede ser más bien la de una comedia sentimental americana, con algunos momentos muy lúcidos y con otros más inoportunos.
Pero hay un momento clave en la cinta, que viene de una simple observación de un personaje extra, de una mujer de pueblo, y que trastoca el curso del relato profundamente. A partir de ahí todo cambia. Tanto para la pareja protagonista, como para el espectador. Se trata de un salto tan brusco que llega al punto de giro narrativo, comparable al de “Mulholland drive” de David Lynch.
Y para mayor desconcierto, Juliette Binoche. Su personaje cambia radicalmente: juega, disimula, ríe y llora. Está inmensa, y está bien merecida su recompensa a la mejor actriz en Cannes.
Todo se convierte en un paseo continuo (con cameo de Jean-Claude Carrière incluido), que no es más que un juego, en el que la clave está en saber en qué parte del relato se encuentra.
hpbordon
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