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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
10
Musical. Drama Teyve, el lechero de un pueblo ucraniano, vive feliz con su esposa y sus cinco hijas, todas ellas solteras. Una tarde, mientras hace el reparto, conoce a Perchick, un pobre estudiante de Kiev con ideales revolucionarios. Los dos simpatizan, y Teyve le ofrece casa y comida a cambio de que le dé clases a una de sus hijas. Al mismo tiempo, Lazar Wolf, un rudo carnicero que se ha quedado viudo, pide a Teyve la mano de su hija mayor. (FILMAFFINITY) [+]
24 de mayo de 2010
22 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando a un lado que quienes patrocinan este coloso del musical son los todopoderosos hijos de Sion, por si no había suficiente en la historia del cine volcada a la hagiografía lacrimógena del martirologio judío y del pertinaz lapidarium sionista; siendo totalmente consciente y haciendo la vista gorda a este demérito de la película, sólo digo que es una obra magistral.

Puede ser que si Topol fuera rico fuese un malvado prestamista. Si Topol fuera rico no sería un personaje tan entrañable y gruñón. Hay mucho tópico aquí dentro. Y es que… poniéndonos en el lugar de su hija, la oveja negra del medio, reconvertida en devota ortodoxa por amor, repudiada por su estirpe, flaco favor se le hace al gran patriarcado, puede ser, estereotipado, de una religión cuyo signo de identidad es la cerrazón absoluta. Al menos eso dejan ver bien clarito en la película aunque sea entre alegre canción y canción.

Es cierto que… con escuchar a Topol mascullar entre dientes (o cantar) "te perdono, sé feliz", nos hacemos cargo del dolor del hombre arrastrando a su familia al sempiterno éxodo; a la huída de los progromos zaristas.

Aún así. No me gusta nada el panfleto magistralmente musicalizado que no disimula esta película para hacernos, otra vez, apologetas del sufrimiento humano publicitado (el judío antes del holocausto). Lo han industrializado, es cierto, sacándole rédito. Pero al menos en esta grandiosa obra, lo dicho, haremos la vista gorda por lo que impresiona.

Nada que ver con si nos gusta o no el musical. Está muy por encima de esos fanatismos tan cutres.

No obstante, dejo en el spoiler el motivo de la trama que más me repatea y que no entenderé aunque me lo explique Dios, Alá o el mismísimo Jehová*. Y todo eso pese a considerarla una auténtica joya, puesto que: si nos comemos grandes épicas sobre la historia americana, la de romanos o la de ingleses pirateando, seamos justos al admitir que esta película, la composición de la obra y de su música es una preciosidad que no merece menos del 10, obviando, repito, a la poderosa industria publicitaria del martirologio.

Que se divida en dos actos es más genial aún; algo que Spielberg quiso hacer con su Schindler pero que no, que a mí al menos, no me convenció. Maldito Spielberg y maldita sea su máquina de lavar cerebros. Ni por asomo podrían compararse.

Geniales números musicales, sobre todo los bailados por los rusos (que bueno... no son tan malos) y por los judíos, mayormente.

Fuera de todo este ruido, le doy sin pensármelo dos veces un diez como una catedral y la recomiendo apasionadamente a quien disponga de cuatro horas libres para cantar, llorar, reir, maldecir y hasta perjurar en arameo. O en hebreo. Me da igual…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Valkiria
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