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9
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Western. Romance. Comedia
Terminada la Guerra de Secesión (1861-1865), el general Owen Thursday, tras ser degradado, es enviado a Fort Apache en calidad de coronel para hacerse cargo del mando. El fuerte, situado en medio del desierto de Arizona, es un puesto militar fronterizo cuyos soldados están curtidos en la lucha contra los apaches mescaleros. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2012
72 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Renombrado western del realizador John Ford, primero de la llamada “Trilogía de la Caballería”. Escrito por Frank S. Nugent e inspirado en “Massacre”, uno de los relatos sobre la caballería de James Warner Bellah, que Ford conoce en la India durante la IIGM. Se rueda en 45 días en escenarios naturales de Monument Valley (Utah) y de Corriganville Movie Ranch (CA) y en los platós de Selznick Internacional Studios (Culver City, CA), con un presupuesto estimado de 2,5 millones de USD. Producido por Merian C. Cooper para Argosy Pictures y RKO, se proyecta por primera vez en público el 27-III-1948 (Phoenix, Arizona) en sesión de preestreno.
La acción dramática tiene lugar en un fuerte militar imaginario llamado Fort Apache, situado en los confines de la frontera del país, en un lugar alejado, árido y despoblado. Los hechos que narra tienen lugar entre 1876 y 1878, algo más de 10 años después de finalizada la Guerra Civil Americana o Guerra de Secesión (1861-1865). Temporalmente el relato se extiende a lo largo de uno o dos meses. Destaca la excelente definición de los caracteres principales. Owen Thursday (Fonda) es un hombre ególatra, ambicioso, autoritario y soberbio, que se siente frustrado por haber sido destinado a un cometido oscuro y nada propicio para destacar, ser reconocido y ascender. Le duele, así mismo, el haber pasado de general durante la Guerra Civil ateniente coronel en tiempos de paz, pese al carácter general de reajuste de grados militares que se produce al finalizar el conflicto. Por lo demás, es un personaje solitario, sin amigos, viudo y con una hija, Filadelfia (Temple), de 16 años, que le aprecia profundamente, pero que no comparte sus ideas y no acepta de buen grado sus decisiones. El capitán Kirby York (Wayne) es rudo, pragmático, flexible, experto, equilibrado e inteligente.
El desarrollo del relato se apoya en gran medida en la confrontación de contrarios. En este sentido cabe hablar de la contraposición que se da entre el teniente coronel y el capitán, la mentalidad práctica del Oeste y el rigorismo formalista del Este, la vida de cuartel y la familiar, las marchas en formación de la Caballería y los bailes de salón, etc. El film describe con gran eficacia y satisfactoria economía de medios la vida cotidiana en el cuartel de oficiales, suboficiales, clase de tropa, reclutas y familiares (esposas, hijos, sirvientas…). La obra muestra la notable capacidad narrativa del realizador, que se advierte a través de la acertada selección de detalles significativos que muestra, capaces de decir muchas cosas al espectador (imagen religiosa, biblia, colgador de prendas de vestir…) y del excelente uso que hace del lenguaje no verbal (gestualidad), del vigor expresivo que caracteriza el diseño y la composición de numeroso encuadres. Me parece magnífico el fotograma que desde el interior de la casa de los padres del segundo teniente Michael O’Rourke (Agar) muestra un exterior luminoso a través de la puerta de entrada y de la ventana abiertas de par en par). Aligera el relato un salpicado abundante de humor deliciosamente jovial.
La acción dramática tiene lugar en un fuerte militar imaginario llamado Fort Apache, situado en los confines de la frontera del país, en un lugar alejado, árido y despoblado. Los hechos que narra tienen lugar entre 1876 y 1878, algo más de 10 años después de finalizada la Guerra Civil Americana o Guerra de Secesión (1861-1865). Temporalmente el relato se extiende a lo largo de uno o dos meses. Destaca la excelente definición de los caracteres principales. Owen Thursday (Fonda) es un hombre ególatra, ambicioso, autoritario y soberbio, que se siente frustrado por haber sido destinado a un cometido oscuro y nada propicio para destacar, ser reconocido y ascender. Le duele, así mismo, el haber pasado de general durante la Guerra Civil ateniente coronel en tiempos de paz, pese al carácter general de reajuste de grados militares que se produce al finalizar el conflicto. Por lo demás, es un personaje solitario, sin amigos, viudo y con una hija, Filadelfia (Temple), de 16 años, que le aprecia profundamente, pero que no comparte sus ideas y no acepta de buen grado sus decisiones. El capitán Kirby York (Wayne) es rudo, pragmático, flexible, experto, equilibrado e inteligente.
El desarrollo del relato se apoya en gran medida en la confrontación de contrarios. En este sentido cabe hablar de la contraposición que se da entre el teniente coronel y el capitán, la mentalidad práctica del Oeste y el rigorismo formalista del Este, la vida de cuartel y la familiar, las marchas en formación de la Caballería y los bailes de salón, etc. El film describe con gran eficacia y satisfactoria economía de medios la vida cotidiana en el cuartel de oficiales, suboficiales, clase de tropa, reclutas y familiares (esposas, hijos, sirvientas…). La obra muestra la notable capacidad narrativa del realizador, que se advierte a través de la acertada selección de detalles significativos que muestra, capaces de decir muchas cosas al espectador (imagen religiosa, biblia, colgador de prendas de vestir…) y del excelente uso que hace del lenguaje no verbal (gestualidad), del vigor expresivo que caracteriza el diseño y la composición de numeroso encuadres. Me parece magnífico el fotograma que desde el interior de la casa de los padres del segundo teniente Michael O’Rourke (Agar) muestra un exterior luminoso a través de la puerta de entrada y de la ventana abiertas de par en par). Aligera el relato un salpicado abundante de humor deliciosamente jovial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
(Sigue sin spoilers/aguafiestas)
El realizador no adopta una posición de simple narrador. Se implica en el relato y aporta, como le ha gustado siempre, ideas y valoraciones. Alaba la camaradería, apuesta por el diálogo, critica la soberbia, trata con respeto a los indios y dignifica a sus jefes. Exalta el trabajo esforzado y sacrificado de la tropa, rechaza el rigorismo militarista y condena el clasismo, el racismo y la corrupción. Dedica un homenaje de simpatía a los antiguos sudistas, a los generales Lee y Grant, a los americanos de origen irlandés, a los yankees, a las figuras memorables de Cochise, Jerónimo y Caballo Loco.
La banda sonora, de Richard Hageman (“La diligencia”, 1939), reúne canciones tradicionales (“The Girl I Left Behin Me”), de la época (mediados del s. XIX) (“Sweet Genevieve”), marchas (“She Wore a Yellow Ribbon” y “St. Patrick’s Day”) y de baile (“Golden Slippers”). Como en muchos films del realizador, la música también en éste es sumamente importante. Con la música modula y expresa sentimientos, anticipa acontecimientos futuros, describe situaciones, define caracteres, etc. La fotografía, de Archie Scout (“La legión invencible”, 1949) ofrece planos generales de gran profundidad emocional, hace uso con excelentes resultados del gran angular, consigue unos celajes soberbios, crea escenas con personajes en segundos términos que aportan brillantez y emoción, compone escenas extraordinarias de caballos a la carrera con algunas tomas de potentes primeros planos. Construye una magnífica visualidad, fruto de una puesta en escena natural, de un admirable sentido del movimiento y la acción y de una competencia plástica poco usual. La interpretación de Fonda, Wayne, Bond y otros sobresale por su mesura y acertada sobriedad. ¿Deficiencias? Algunas. Los insertos de la pareja joven resultan a veces un tanto forzados. No se explica que Kirby quede sin montura en el puesto que Thursday abandona a caballo y a continuación aparezcan ambos en otro lugar. Sobran los trazos patrioteros de la escena final. Por lo demás, me parece sumamente interesante la desmitificación de héroes que propone.
El realizador no adopta una posición de simple narrador. Se implica en el relato y aporta, como le ha gustado siempre, ideas y valoraciones. Alaba la camaradería, apuesta por el diálogo, critica la soberbia, trata con respeto a los indios y dignifica a sus jefes. Exalta el trabajo esforzado y sacrificado de la tropa, rechaza el rigorismo militarista y condena el clasismo, el racismo y la corrupción. Dedica un homenaje de simpatía a los antiguos sudistas, a los generales Lee y Grant, a los americanos de origen irlandés, a los yankees, a las figuras memorables de Cochise, Jerónimo y Caballo Loco.
La banda sonora, de Richard Hageman (“La diligencia”, 1939), reúne canciones tradicionales (“The Girl I Left Behin Me”), de la época (mediados del s. XIX) (“Sweet Genevieve”), marchas (“She Wore a Yellow Ribbon” y “St. Patrick’s Day”) y de baile (“Golden Slippers”). Como en muchos films del realizador, la música también en éste es sumamente importante. Con la música modula y expresa sentimientos, anticipa acontecimientos futuros, describe situaciones, define caracteres, etc. La fotografía, de Archie Scout (“La legión invencible”, 1949) ofrece planos generales de gran profundidad emocional, hace uso con excelentes resultados del gran angular, consigue unos celajes soberbios, crea escenas con personajes en segundos términos que aportan brillantez y emoción, compone escenas extraordinarias de caballos a la carrera con algunas tomas de potentes primeros planos. Construye una magnífica visualidad, fruto de una puesta en escena natural, de un admirable sentido del movimiento y la acción y de una competencia plástica poco usual. La interpretación de Fonda, Wayne, Bond y otros sobresale por su mesura y acertada sobriedad. ¿Deficiencias? Algunas. Los insertos de la pareja joven resultan a veces un tanto forzados. No se explica que Kirby quede sin montura en el puesto que Thursday abandona a caballo y a continuación aparezcan ambos en otro lugar. Sobran los trazos patrioteros de la escena final. Por lo demás, me parece sumamente interesante la desmitificación de héroes que propone.