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Voto de Miquel:
8
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7.8
32,437
3 de noviembre de 2008
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El musical más relevante de los años 70 y el segundo trabajo para el cine de Bob Fosse (1925-87). El guión, de Jay Presson Allen (“Marnie, la ladrona”, 1964) y Hugo Wheeler, se basa en el libreto del musical de Broadway “Cabaret”, de Joe Masteroff, John Kander y Fred Ebb; en el guión de la película británica “I Am A Camera” (1955), de John Collier (firmado con el pseudónimo John van Druten); y en los cuentos “The Berlin Stories” (1945), de Christopher Insherwood. Se rueda en escenarios reales de Berlin, Munich, Lübeck (estación de tren) y Eutin (Castillo del barón) y en los platós de Bavaria Studios (Munich), Bavaria Filmstudios (Grünwald) y Berlin Union-Film Studio (Berlin). Nominado a 10 Oscar, gana 8. Producido por Cy Feuer para ABC Circle Films y Allied Artists, se estrena el 13-II-1972 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en Berlin, en 1931, durante la República de Weimar (1919-33), en los días del ascenso del nazismo y de la preparación de su toma del poder. La situación económica es crítica, el paro supera en el país los 5 millones de personas y la inflación se desborda. Sally Bowles (Minnelli), norteamericana, cantante y bailarina, de 22 años, estrella del “Kit Kat Club”, conoce al joven inglés Brian Roberts (York), estudiante de Cambridge, de unos 22/23 años, que da clases particulares de inglés en Berlín. Algún tiempo después ambos conocen al joven aristócrata alemán Maximilian von Heune (Griem), apuesto y rico, con el que simpatizan y forman un trío amoroso. Ella es vitalista, frágil, vulnerable e ingenua. Tiene una voz de oro, practica el amor libre y le gusta vestir con extravagancia. Brian es discreto, educado, introvertido y responsable. El maestro de ceremonias (Grey) hace de presentador omnisciente, enigmático y crítico con la realidad del país.
El film suma drama, romance y musical. La acción y los números musicales se presentan como dos bloques separados e independientes, si bien algunos aspectos de la acción sugieren el sentido y el contenido de los números musicales que les siguen. Desde el principio se intercalan cortes de la sala de fiestas y del exterior, con lo que la obra adquiere ritmo, agilidad y variedad.
En el club se abordan públicamente los temas de preocupación general de la época: antisemitismo, militarismo, autoritarismo, racismo... El club deviene un espejo que refleja la realidad de modo simplificado y algo deformado, como si de una caricatura se tratara. Los primeros planos así lo sugieren, al mostrar las paredes del escenario revestidas de una plancha metálica pulida, con algunas arrugas, que reflejan la imagen de las figuras que tiene próximas. El mundo exterior se representa como un universo disipado, ocioso y decadente, empeñado en distraerse y divertirse a toda costa, sin pensar en los peligros que le amenazan.
La acción dramática tiene lugar en Berlin, en 1931, durante la República de Weimar (1919-33), en los días del ascenso del nazismo y de la preparación de su toma del poder. La situación económica es crítica, el paro supera en el país los 5 millones de personas y la inflación se desborda. Sally Bowles (Minnelli), norteamericana, cantante y bailarina, de 22 años, estrella del “Kit Kat Club”, conoce al joven inglés Brian Roberts (York), estudiante de Cambridge, de unos 22/23 años, que da clases particulares de inglés en Berlín. Algún tiempo después ambos conocen al joven aristócrata alemán Maximilian von Heune (Griem), apuesto y rico, con el que simpatizan y forman un trío amoroso. Ella es vitalista, frágil, vulnerable e ingenua. Tiene una voz de oro, practica el amor libre y le gusta vestir con extravagancia. Brian es discreto, educado, introvertido y responsable. El maestro de ceremonias (Grey) hace de presentador omnisciente, enigmático y crítico con la realidad del país.
El film suma drama, romance y musical. La acción y los números musicales se presentan como dos bloques separados e independientes, si bien algunos aspectos de la acción sugieren el sentido y el contenido de los números musicales que les siguen. Desde el principio se intercalan cortes de la sala de fiestas y del exterior, con lo que la obra adquiere ritmo, agilidad y variedad.
En el club se abordan públicamente los temas de preocupación general de la época: antisemitismo, militarismo, autoritarismo, racismo... El club deviene un espejo que refleja la realidad de modo simplificado y algo deformado, como si de una caricatura se tratara. Los primeros planos así lo sugieren, al mostrar las paredes del escenario revestidas de una plancha metálica pulida, con algunas arrugas, que reflejan la imagen de las figuras que tiene próximas. El mundo exterior se representa como un universo disipado, ocioso y decadente, empeñado en distraerse y divertirse a toda costa, sin pensar en los peligros que le amenazan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La sala de fiestas es, también, una válvula de escape para que los usuarios puedan evadirse, olvidar las preocupaciones y aturdirse con la música, el baile, la bebida, los números musicales y la compra de servicios de compañía. El ambiente está impregnado de sensualidad, erotismo y sexualidad.
Resulta sobrecogedora la descripción de los desmanes (amenazas, insultos, provocaciones, represalias, choques sangrientos con comunistas, etc.) con los que los nazis llaman la atención pública y llenan las calles, las cervecerías, los locales públicos y la propia sala de fiestas. Pocas veces han ocupado la atención del cine con tanta fuerza los hechos ocurridos en Alemania en 1930-1932 de la mano de los nazis, hasta que en 1933 ocupan la Cancillería (30-I-1933) y el poder.
Las interpretaciones de Minnelli (25 años) y York (29 años) destacan por su riqueza expresiva y la abundancia de matices. El humor se hace presente a través de los números irónicos y sarcásticos del club, las presentaciones del maestro de ceremonias y unos diálogos agudos y chispeantes. La historia que se relata es un cuento de amor triangular de triple entrada: una mujer con dos hombres y dos hombres entre sí. Bob Fosse, bailarín, coreógrafo y realizador, había dirigido “Noches en la ciudad” (1969) antes de asumir la tarea de realizar “Cabaret”, su obra culminante. Posteriormente entrega otros trabajos, como la interesante “All That Jazz” (1979). La coreografía, visualmente atractiva y espectacular, adolece de cierta teatralidad.
Son escenas destacadas la de la cervecería al aire libre (Biergarten), el apaleamiento del director de la sala de fiesta al ritmo de una danza bávara, el número de baile del presentador con una mona, el baile de los tres protagonistas (Sally, Brian y Maximilian) fundidos en un abrazo y otras. Singular importancia adquiere el clima dominado por las amenazas nazis sobre las personas, sus interrelaciones, su libertad y su dignidad.
La música, de John Kander y Ralph Burns, ofrece una partitura de 12 cortes, con 10 canciones que alcanzan gran popularidad. Destacan “Cabaret”, “Money, Money”, “Tiller Girls”, “Welcome”, “Two Ladies”, “Tomorrow”. Los números musicales exhiben una gran fuerza y una cautivadora belleza. La fotografía, de Geoffrey Unsworth (“2001: una odisea del espacio”, Kubrick, 1968), ofrece imágenes oscuras de tradición expresionista, encuadres torcidos, abundancia de primeros planos, tomas puntuales con cámara al hombro, encuadres inferiores y superiores, contraluces, brillos y composiciones de notable vigor plástico. Se sirve hábilmente de la distribución de las figuras en el espacio como medio de composición de las imágenes.
Es uno de los films más conocidos y mejor recordados de los años 70.
Resulta sobrecogedora la descripción de los desmanes (amenazas, insultos, provocaciones, represalias, choques sangrientos con comunistas, etc.) con los que los nazis llaman la atención pública y llenan las calles, las cervecerías, los locales públicos y la propia sala de fiestas. Pocas veces han ocupado la atención del cine con tanta fuerza los hechos ocurridos en Alemania en 1930-1932 de la mano de los nazis, hasta que en 1933 ocupan la Cancillería (30-I-1933) y el poder.
Las interpretaciones de Minnelli (25 años) y York (29 años) destacan por su riqueza expresiva y la abundancia de matices. El humor se hace presente a través de los números irónicos y sarcásticos del club, las presentaciones del maestro de ceremonias y unos diálogos agudos y chispeantes. La historia que se relata es un cuento de amor triangular de triple entrada: una mujer con dos hombres y dos hombres entre sí. Bob Fosse, bailarín, coreógrafo y realizador, había dirigido “Noches en la ciudad” (1969) antes de asumir la tarea de realizar “Cabaret”, su obra culminante. Posteriormente entrega otros trabajos, como la interesante “All That Jazz” (1979). La coreografía, visualmente atractiva y espectacular, adolece de cierta teatralidad.
Son escenas destacadas la de la cervecería al aire libre (Biergarten), el apaleamiento del director de la sala de fiesta al ritmo de una danza bávara, el número de baile del presentador con una mona, el baile de los tres protagonistas (Sally, Brian y Maximilian) fundidos en un abrazo y otras. Singular importancia adquiere el clima dominado por las amenazas nazis sobre las personas, sus interrelaciones, su libertad y su dignidad.
La música, de John Kander y Ralph Burns, ofrece una partitura de 12 cortes, con 10 canciones que alcanzan gran popularidad. Destacan “Cabaret”, “Money, Money”, “Tiller Girls”, “Welcome”, “Two Ladies”, “Tomorrow”. Los números musicales exhiben una gran fuerza y una cautivadora belleza. La fotografía, de Geoffrey Unsworth (“2001: una odisea del espacio”, Kubrick, 1968), ofrece imágenes oscuras de tradición expresionista, encuadres torcidos, abundancia de primeros planos, tomas puntuales con cámara al hombro, encuadres inferiores y superiores, contraluces, brillos y composiciones de notable vigor plástico. Se sirve hábilmente de la distribución de las figuras en el espacio como medio de composición de las imágenes.
Es uno de los films más conocidos y mejor recordados de los años 70.