Gracias a la acertada música sentimentalista y al hecho básico de que no hay nada más conmovedor que un padre viudo que tiene que decir que su madre se ha ido, se ve que es realmente difícil para un padre dar esa cruda noticia a sus dos tan bonitas e inocentes niñas, hay algo que no convence en esa manera forzada en que se inicia ese viaje, pero hay que ponerse en la mentalidad norteamericana, para ellos es más normal irse de viaje a un parque de diversiones de un momento a otro, creo que nosotros los latinos no somos tan gringos locos para llevarnos a nuestras hijas al parque de diversiones, hay algo irracional y poco convincente, tal vez sea el elemento hollywoodense que toda película debe tener...