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España España · Madrid
Voto de MaxPower:
6
Serie de TV. Intriga Miniserie de TV (1988). 2 episodios. A finales de 1888, un asesino en serie apodado ”Jack el destripador” se dedica a asesinar prostitutas de forma muy violenta, sembrando el terror en el East End de Londres. Un Inspector de Scotland Yard emprende una investigación para esclarecer los hechos, aunque para ello tenga que involucrar a algunas de las máximas autoridades del país. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El año 1888 siempre estará ligado a la figura de Jack el Destripador, cuyos crímenes aterrorizaron a los ingleses en plena era victoriana y cuya desconocida identidad alargó su enigma por generaciones. Aún en pleno siglo XXI, siguen surgiendo teorías sobre quién pudo cometer aquellos asesinatos. Así, su halo de misterio sigue vivo en la ficción, como demuestra 'From Hell', adaptación de la novela gráfica de Alan Moore que no agradó mucho al autor. Obras más recientes como 'Batman: Gotham a luz de gas' o un documental de la BBC de 2019, auguran que aún queda Jack para rato.

No es de extrañar, por tanto, que en Reino Unido aprovechasen el centenario para producir una obra televisiva de calado que, a buen seguro, pondría los pelos de punta a los jóvenes baby boomers. Hay tres aspectos que la convierten en merecedora de visionado. En primer lugar, la lograda intriga hace que cualquier pausa sea un auténtico fastidio. El director hace un juego de espejos con todos los personajes y sumerge al espectador en un tablero de sospechosos, a veces de forma algo forzada, aunque notable en su conjunto hasta los créditos. Michael Caine, ya de sobra conocido entonces por 'Alfie', 'La huella' o 'El hombre que pudo reinar’, está grandioso como Abberline y logra trasladar la perspicacia y la impotencia que debió sentir el auténtico inspector. Por último, la recreación está lograda de forma soberbia, pues nadie mejor que los británicos para saber cómo eran las brumosas calles y los viandantes de Londres hace un siglo, que en términos históricos es un soplo. Aseguran, además, que la documentación es fehaciente.

El tratamiento de los personajes es cordial y no deja fuera de lugar la rudeza y los vicios de la época. Llama la atención el poco tacto que muestran los propios investigadores de Scotland Yard con algunos de sus colegas, Abberline incluido, a modo de alegato de que los santos solo aparecen en los calendarios. El generoso reparto, amén de un buen casting, esgrime actuaciones creíbles y elegantes.

Dada la lucha que mantuvo la Primera Ministra del momento, Margaret Thatcher, contra los sindicatos y con la prensa, el resultado deja entrever un producto amoldado para el votante conservador de finales de los ochenta. No en vano, uno de los personajes más controvertidos, Lusk, es un agitador que aprovecha el barullo de las muertes para tratar de hacer una revolución en las calles. En una escena jalea el nombre de Karl Marx mientras se le configura una imagen de violento e interesado, lo cual tiñe de ideología a la obra hacia otros lares. La política asoma de forma abundante en el filme, empezando por la monarquía, a la cual hay que defender a ultranza, y siguiendo por un periodismo amarillo en contraposición del habitual periódico moderado, representado en este caso por The Star.
MaxPower
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