He tenido algún que otro problema con esta película. Las actuaciones, en un principio, me parecían muy exageradas. Supongo que esto tiene que ver con que la película es una adaptación de una obra de teatro, de forma que, en lugar de adaptar las actuaciones al mundo cinematográfico, han seguido actuando "para la fila de atrás". Mi principal problema ha sido con el personaje de Quinto, que, en un principio, me ha parecido muy poco creíble. El personaje de Rannell tampoco me parecía gran cosa.

Pero ha habido un momento en el que todo ha hecho click y las máscaras se han roto. Todo ese juego de brillantina, de luces y risas era una tapadera que esconde una realidad mucho más desgarradora. Los dramas de cada uno de los personajes, esos demonios internos, se hacen transparentes y vemos los verdaderos colores de sus personalidades.

El personaje de Jim Parsons me ha parecido muy interesante, moviéndose, de forma pendular, entre el amor y la misantropía, siempre con ese tono ácido. Me han acabado convenciendo Quinto y Rannell, en especial este último, que ha demostrado unas tablas más que notables en cuanto a actuación se refiere. El resto también lo hace particularmente bien.

Teniendo en cuenta que todo es tan teatral, y aquí viene otra queja, me gustaría que hubieran adoptado un modelo de edición mucho más pausado. Deberían haber confiado bastante más en lo que los actores son capaces de hacer y dejar a un lado el modelo de "corte-corte-corte" constante que rompía un poco el ritmo. Habría sido un producto significativamente mejor si esto se hubiera llevado a cabo, pero las cosas son las que son, así que uno tampoco puede quejarse.