No soy fanático del cine “Western” pero debo reconocer que esta película resulta interesante. Si bien no supera “El bueno, el malo y el Feo” aquí en “La muerte tenia un precio” podemos ver a un inigualable villano como lo es Lee Van Cleef, con su cara de viejo zorro, que si bien en esta ocasión es mas bien un caza recompensas justificado bajo el grado de coronel. Pero ya es difícil sacarlo de la casilla de villano dentro del mundo Leone. Por otro lado Clint Eastwood representa bien su papel de hombre rudo al menos en presencia. Y es que el personaje de Eastwood esta exageradamente idealizado en capacidad cercana a un súper héroe.
La tierra de El Paso, es poblada por pistoleros “gunmen” que se especializan en el juego de la muerte. Y es que ese es precisamente el inconveniente, que Leone enfatiza en forma desmedida el ritual ante de la muerte, antes del duelo, un ritual propio de un torero; quizás sea necesario para que la formula funcione, pero en mi opinión, estos rituales pre muerte bien cobijados por una música perfecta sobre terrenos polvosos y pueblos tan desiertos como las almas de los gatilleros, rayan casi en un infantilismo como los niños que observan el encuentro primero entre los dos depredadores.
Estaba yo recordando esos libros ilustrados de vaqueros del viejo oeste, que leía en mi infancia y que al ver este filme, pareciera que esos cuentos cobraran vida gracias al trabajo de Leone, Vicenzoni y Morricone, en una fiebre por hacer ladrar sus revólveres, sustentada por una neurosis incontrolable de los personajes sanguinarios del viejo oeste.
Seguiré mi camino en esos azarosos pueblos, errando en busca de un loco drogado que quiera robar un banco. En esos cines abandonados en la memoria de mis recuerdos, donde quedaron sepultados, el bueno, el malo y el feo, donde la muerte tenía un precio; donde la vida de los valentones, no valía más que lo que cuesta un boleto de entrada a la tierra sin ley… tan solo un puñado de dólares.