Por fin Argento logró lo que no pudo en casi ninguna película después de Suspiria, concentrarse en una historia para que sean algo más que solo momentos violentos aleatorios.
La trama está dividida en dos partes completamente diferentes, de hecho la segunda en cierta forma se siete como un anexo de la primera, una especie de secuela, hubiera podido concluir más o menos en el minuto 75 sin problemas, no sé si no le daría 1 punto más de haberlo hecho.
Realmente acá Argentino logra transmitir todas sus obsesiones pero de una forma ordenada y orgánica con lo que está contando, la narrativa acompaña las imágenes, no las opaca como en lagunas de sus películas, incluida Suspiria, que son puras sensaciones, sino que están al servicio de un relato, sigue la historia de Anna y su trasformación luego de conocer a Alfredo (no quiero spoilear nada por eso me refiero así a su vinculo), realmente llegamos a entender todo lo que piensa y siente, Argento como pocas veces nos muestra cuando Anna está alegre, incomoda, sufriendo, gozando, amando u odiando. También como logra combinar su amor por las artes plásticas y ponerlas al servicio de su historia, fluyen, conectan, se entremezclan de forma armónica.
Con esto no estoy diciendo que es una obra de arte, de hecho tiene algunas ridiculeces (después de todo es un giallo) mucha paja, le podrían sacar 20 minutos y no se perdería nada, le sobran personajes también que están ahí haciendo bulto como Marco, el padre y los hermanos de Anna, etc.
Pero con todo fue una linda sorpresa.
También me gustó mucho Asía Argento, y eso que casi siempre la encuentro pésima, pero está muy bien.