La primera mitad está repleta de referencias culinarias para todo, incluyendo el universo, en general tan caprichosas como quien las hacia, Vasilis. La parte donde se narra la infancia la infancia de Fanis, sobre todo la que transcurre en Estambul está al borde del pintoresquismo, se entiende que mientras más lejanos son los recuerdos menos nítidos y por ende los rellene con (canela) cierta idealización, pero creo que se pasa en algunos momentos y termina siendo un poco ñoño, después cuando se ven obligado a irse para Atenas, mejora un poco, igual tiene ciertos momentos tontos y hasta grotescos, pero más logrados. Ya la última parte es un relato mucho más sobrio, algunos puede decir que genérico y razón no les va a falta, pero para mí mejora mucho que se desprenda de sus adornos, aunque entiendo que para muchos suceda lo contrario y les guste más la primera parte que la última.
Buenas interpretaciones, creo que es lo mejor de la película, buen ritmo, no resulta aburrida en ningún momento, es agradable de seguir, y logra contar una historia que mezcla hechos políticos con personales de forma universal.
Lo peor sería sus pésimos efectos computarizados, y que resulta incoherente que el mismo chico interprete a Fanis por 7 años, toda la primera parte cuando el chico tiene 3 o 4, y después 10, nada les hubiera costado meter otro chico para que lo interprete a mitad de esa edad.