Película de gran conmoción en torno a la infertilidad y las cucarachas inmigrantes para someter a la humanidad en una versión apocalíptica a muy corto plazo, un pesimismo que atrapa y una factura técnica exquisita con una historia estimulante de contrastes y escenarios imposibles, un fatalismo absoluto donde el futuro está a la vuelta de la esquina en un viaje hacia "El mañana" con mucho en juego, el milagro de la vida en manos de terroristas y sus ideologías para salvar el mundo.

"El proyecto humano" es el objetivo pero la huida parece no tener horizonte en un drama de fe propia frente al azar de las pandemias, pero por encima de todo se asiste a un insulto a nuestra propia evolución que se dirige a una contaminación en todos los sentidos y un dilema personal de si es necesario luchar por la continuidad de la especie, "Hijos de los hombres" enseña un mundo sin voces de niños como respuesta a la plaga del desequilibrio, sometiendo a una presión de escoria, asco y destrucción.

No tiene necesidad de giros ni complicaciones, pero ese aparente desarrollo plano deja mayor importancia al montaje global de la película, planos secuencias, sonido y fotografía, ni el gobierno ni el ejército ni los peces, el levantamiento es un recurso para la resolución en medio de un pánico bien inyectado y de mucho realismo para el género, el llanto del bebé que paralizó el mundo.