Una película que intente transmitir este tipo de mensajes tiene que ser dura, como la vida misma, y aparte de durísima, las historias triunfan porque son como la vida misma, se coge una cámara y se sale a la calle a grabar con un estilo propio, vibrante y enérgico, tratando temas contundentes y en parte novedosos, y todo eso sin salir de cualquier calle o barrio, es decir, estas historias pasan cuando te asomas a la ventana, además están taladradas con tal profundidad que se siente lo que pasa por la cabeza de cada uno de los personajes, parece increíble la comunión que hay entre el director y su reparto, y entre estos actores y sus personajes, todos han sido capaces de llorar, reir o en definitiva, mirar a nuestras caras a través de una cámara.

No cabe duda de que "Amores perros" habla de nuestras relaciones, de como afloran nuestros instintos primarios para satisfacer nuestro ego, de lo interesados que podemos llegar a ser los humanos, da igual la clase social, cuando le pasa algo malo a cualquier cercano nuestro lo primero que se nos viene a la cabeza es que vamos a hacer sin él o la carga que nos va a suponer, es nuestra condición de creernos el centro del mundo la que lleva a la mediocridad del ser humano, luego tiene tiempo para detalles mas desinteresados incluso algún personaje lo es, pero en todo momento queda claro que tiene una sinceridad absoluta en lo que cuenta y una total libertad para hacerlo sin la presión de las industrias y sus mensajes a medias tintas... pero todo el comportamiento humano lo translada al de sus mascotas, algo totalmente novedoso para mí, son nuestro reflejo... y va intercalando con total maestría hasta el punto de que asombre como el destino de una persona pueda llegar a depender tanto del estado de ánimo de otra, o de su perro... una maravilla algo alargada y con alguna historia un poco menos trabajada, pero que consigue despertar el interés de cualquier tipo de espectador que busque un drama serio, hiriente, vital y mortal.