Ese cine cercano y sincero, bien ambientado en torno a una de las grandes figuras de la humanidad a disposición de personajes que buscan o escapan, con su correspondiente carga de humor a juego con la libertad, el valor y el riesgo, una encantadora película en cuanto a su casualidad y curiosidad, un rumbo cargado de anécdotas para sacudirse la suciedad urbana y la presión social o familiar, aprovechando una inercia común para encontrar contraste entre personajes y gentes, más que una road movie se trata de un asentamiento en la tranquilidad, que comparte con cada espectador porque todos somos compatibles, aparte de cotidiana tiene su estructura simbólica y sabe moverse entre los límites de la calma y la desesperación.

Todo el acercamiento acaba convirtiéndose en una aventura que encuentra la motivación tanto en la alegría como en la tristeza que lleva implícita cada secuencia, es una historia cuya melancolía se siente suave como la brisa de la playa dónde se alojan para dejar crecer la ternura en un terreno de piedras y lagartos, sin salirse de esa fina capa como una melodía que no necesita explotar para llamar la atención, el sueño es suficiente recurso porque la ilusión al final es el motor que genera la fuerza para afrontar la vida, puede que se haya estado degustando el mismo ingrediente una y otra vez, pero así es como los discos traen letras de sus canciones.