Aceptable western spaguetti, producido por el granJosé García Maesso, es decir, con no demasiado presupuesto.
Sin embargo, está bien empleado el dinero, y para comenzar, hay un guión bastante más consistente que la media en este tipo de productos (y muchas veces, subproductos, por muy simpáticos que sean).
Además, el reducido elenco interpretativo lo hace bien, comandado (y nunca mejor dicho pues su papel es del un Comandante) por el gran Joseph Cotten, aquí ya mayor, pero todavía en plena forma física. O al menos así lo parece en la película.
Buen desarrollo y un final como el "rosario de la Aurora", como se suele decir, un poco cogido por los pelos, pero coherente con la estupidez existencial del protagonista, un hombre engreído, totalmente alejado de la realidad, que causa la muerte por donde pasa.
Bella fotografía, música del gran Ennio Morricone que, la verdad, está, creo, bastante por debajo a lo que suele ofrecer, y la presencia estimulante de María Martín, una de las primeras musas de Bigas Luna.
No, no es una obra maestra precisamente, pero está bien y entretiene, sobre todo gracias a que su director era uno de los mejores que trabajó en el, muchas veces, denostado Wester Spaghetti, Sergio Corbucci, un realizador a reivindicar.

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