Tommy Lee Jones es un sabueso. Hay que ver la cantidad de películas que tiene haciendo de poli, o de sheriff, que es lo mismo para el caso. No hay casting para estos papeles, le llaman directamente. Además es que se los toma a pecho, con ganas, como se los debe saber de carrerilla, cada vez los hace más convincentes. Queda muy bien, desde luego; es un actor de los buenos. Insuperable dando órdenes y luego que también le da a sus personajes ese fondo filosófico, serio, que nos hacen pensar desde el principio que es el tío más estricto que existe y al mismo tiempo el agente más justo y honrado del universo.

Supongo que en la realidad si hay un equipo US Marshals en US la forma de trabajar no tendrá nada que ver con esta locura, pero claro, el tío al que persigan no tendrá nada que ver con el buenazo de Wesley. Wesley tiene cara de bueno y nombre de perro Westie que son perritos pequeños, dóciles, de lanitas y muy blancos. Pero Wesley no es blanco, ni blanco de tonterías y mentiras, y no es dócil ni está indefenso. Y lanitas sólo tiene en la cabeza. Y pega unos saltos de impresión.

Entre ambos hacen una película llena de velocidad e intriga, una buena película. Además con el imprevisible Robert Downey Jr. Válida cinta que supone disfrutar de estos actores en sus papeles estrella. Si no te gusta este tipo de papeles o de películas, pues no la veas porque otra cosa no hay. Ahora..., entonces de Wesley Snipes verás pocas.