Cukor trabajó con Katharine Hepburn en 10 películas. Eran amigos. Esta película está claro que se hizo sobre un guion para teatro; fue por iniciativa de la propia Hepburn que se llevó al cine.
Goza de una crítica excelente porque excelente es la interpretación de todos, con un ritmo exacto. La definición como una película del género de la comedia no tiene sentido si no se enlaza con el drama. No es La fiera de mi niña (1938) ni una película divertida.
Una mujer está a punto de casarse; una mujer de la alta sociedad que tras un divorcio quiere conseguir en esta segunda intentona el marido modelo que se complemente perfectamente con los principios que rigen su vida, y parece haberlo encontrado.
Pero el día anterior a la boda recibirá la visita de su antiguo marido, acompañado de una pareja de periodistas enviados por la revista Spy. La intervención del marido y estos invitados repercutirán en su conciencia de manera definitiva.
Un guion por tanto basado en antiguos reproches en plan teatral que funciona, quedando el interés por saber si cambiarán las cosas o no. El espectador tiene la palabra con las conversaciones que se suceden teniendo en cuenta la fuerza interpretativa de todos los actores que llegan a niveles espectaculares como es lo clásico en este género. Una buena película en la que tal vez, y desde mi modesta opinión, debido a tan sólido guion se echa un poco de menos la imaginación y el ingenio que aparece en otras películas del trío Cukor/Hepburn/Grant.