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Voto de Antonio Morales:
7
Aventuras Jim Hawkins es un joven inglés que trabaja en la posada de sus padres, Almirante Bembow, situada en un pueblo costero inglés. Un día llega al establecimiento un viejo bucanero llamado Billy Bones, que trae consigo un cofre con el mapa de “La isla del Tesoro”. En él se revela el paradero de las formidables riquezas acumuladas por el Capitán Flint. Los piratas que componían la tripulación de Flint, entre ellos Perro Negro, están buscando ... [+]
9 de agosto de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es el nombre de la goleta protagonista, que luce majestuosamente en su popa, y que se hará a la mar, con una tripulación misteriosa en busca de un tesoro del que todos hablan y nadie ha visto, sólo conocen el mapa por el que todos luchan, en este film de aventuras por antonomasia. El reputado artesano Victor Fleming nos ofrece una versión reducida de la novela al estilo Hollywwod. Robert Louis Stevenson era un escritor inclinado a proponer en sus novelas meditaciones enjundiosas sobre la naturaleza humana: por citar dos casos bien accesibles, la dualidad del ser humano, “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” y la renovación del mito de Caín y Abel, la bondad y la maldad, en “El señor de Ballantree”.

El prestigio que disfruta esta adaptación de la obra del escocés Stevenson, publicada por entregas en la revista “Young Folks”, sólo puede entenderse si se tiene en cuenta la inmensa popularidad de los actores encargados de interpretar en ella los papeles más significativos: Walace Beery encarna a “Long” John Silver, el viejo y mentiroso pirata con la pata de palo; el niño Jackie Cooper incorpora al protagonista, el valeroso grumete Jim Hawkins; Lionel Barrymore a ese misterioso huésped de la posada del “Almirante Benbow” a quien llaman “El Capitán”, además de otros actores secundarios más populares de los años treinta en dicho casting. Beery y Cooper acababan de interpretar juntos un gran melodrama de resonancia popular, “El campeón” de King Vidor, América había llorado con aquel film y la Metro estaba dispuesta a que el público no lo olvidara.

Esa servidumbre hacia las estrellas era una limitación habitual dentro del sistema de Estudios de la época. “La isla del tesoro” es todo un clásico del cine de aventuras que contiene el espíritu trepidante de un fascinante mundo lleno de piratas ambiguos y peligrosos, de filibusteros rufianes y codiciosos que la convierte en una de las mejores novelas de aventuras marítimas jamás escrita. Si bien la adaptación como película dista de ser perfecta, hay que reconocer que “La isla del tesoro” es una obra de apreciable interés ya que cuando Fleming no filma con fría corrección los mohines de Cooper o los gruñidos de Berry, nos muestra con gran lucidez el aprendizaje y la iniciación a la vida de un joven muchacho a través de la amistad creciente con un pirata ruin. Que se va convirtiendo casi en una relación paterno-filial que seduce al espectador. Película de buena factura inalterable al paso del tiempo.
Antonio Morales
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