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Voto de Antonio Morales:
8
Terror. Intriga Cuando Kathy Thorn da a luz a un bebé muerto, su esposo Robert le oculta la verdad y sustituye a su hijo por un niño huérfano, ignorando su origen satánico. El horror empieza cuando, en el quinto cumpleaños de Damien, inesperadamente, su niñera se suicida. Un sacerdote que trata de advertir a Robert del peligro que corre, muere en un inesperado accidente. El creciente número de muertes hace que Robert, por fin, se dé cuenta de que el ... [+]
10 de noviembre de 2016
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito de “La semilla del diablo” de Polanski y más tarde “El exorcista” de Friedkin, en Hollywood se pusieron de moda las películas de terror sobre el tema satánico. “La profecía” que llegó siguiendo esa estela quizá no tiene la consideración de la primera citada, ni el prestigio de la segunda, pero me parece por motivos que ahora voy a detallar, una de las mejores películas de terror y sin duda, la mejor del irregular director Richard Donner. El argumento parte de una novela (The Omen) del propio guionista David Seltzer, urdiendo un entramado exótico y atractivo aunque algo delirante, apoyándose en la acertada puesta en escena de un cineasta que jamás estuvo tan inspirado. El film hace gala de un poder de inquietud que brota de improviso, con fuerza y sentido de la malignidad, en virtud de un simple cambio de plano o de la posición de la cámara que rompen toda apariencia de normalidad cotidiana.

Desde el principio su atmósfera es abominable, la nocturnidad de las calles romanas por donde circula el coche que lleva al hospital al embajador americano Robert Thorn (un estupendo Gregory Peck), mientras se oye de fondo, como una letanía constante y repetitiva, la voz que le ha informado de la muerte de su hijo recién nacido, la figura de Peck reflejándose en el cristal de la maternidad sobre la imagen del bebé – Damien – nacido a las 6 horas del día 6 de Junio, al que adoptará en secreto, tras aceptar la oferta de un extraño sacerdote, nacido esa misma noche de una madre soltera, para no hacer sufrir a su esposa, Katherine (la bella de ojos azules, Lee Remick), por la pérdida del suyo. Las secuencias posteriores que glosan el nuevo nombramiento del embajador para Londres, la adquisición de su nueva casa y el dibujo de una cierta felicidad familiar. Justamente expresado como paso previo a lo que se avecina.

De vital importancia es que el cineasta dosifique la escalada del horror, lo cual resulta ejemplar para más adelante crear imágenes impactantes y terroríficas. Pero a medida que el bebé Damien va creciendo, se pruducen extraños acontecimientos en el que todos los personajes que impidan su protección o se acercan al matrimonio para advertirles del peligro que les acecha, serán perseguidos y castigados de una u otra forma por un poder maligno. Desde un inquieto sacerdote que le aconseja aceptar a comunión a diario hasta un accidental fotógrafo (David Warner) que advierte irregularidades en sus instantáneas, desde una ingenua niñera hasta sus progenitores. Se trata de mantener una angustia constante, promoviendo la perturbación de lo cotidiano, mostrándonos unas pistas que llevarán a su protagonista y el intrépido fotógrafo a lugares horribles y peligrosos, como ese cementerio etrusco donde la ferocidad canina, la rabia y la muerte acecha sin tregua, la naturaleza se vuelve amenazadora y llena de furia.

Aunque la trama está sujeta con alfileres (difícilmente puede uno creer que un diplomático veterano aceptaría el ofrecimiento de un bebé sin estudiar su procedencia), pero es mérito de su audaz narración lo que nos lleva a aceptarlo, conjugando lo cotidiano con lo fantástico. La excelente música de Jerry Goldsmith con sus acentos corales, las revelaciones apocalípticas van ganando peso en la narración - el advenimiento del Anticristo, el número 666 que lo identifica, entrando el film en una espiral pesimista y oscura, hasta su epílogo propone una última violación de la normalidad. Una película fantástica y terrorífica que supera holgadamente a un puñado de secuelas que le siguieron al calor de su éxito. “La profecía” la recomiendo a cualquier aficionado al cine en general y al de terror en particular.
Antonio Morales
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