El esplendor de la MGM con su lujoso diseño de producción, nos legó esta comedia dramática y musical a cargo del maestro de la comedia elegante, George Cukor, perteneciente a la edad de oro del musical americano. Los números musicales son excelentes, su coreografía es perfecta e inmejorable en un par de números antológicos, gracias a la música del legendario compositor Cole Porter. Su creativa y vigorosa puesta en escena, está brillantemente construida desde el buen gusto. La fotografía del operador Robert Surtees se sirve de una paleta de colores fascinantes en glorioso Cinemascope.

George Cukor siempre fue un malévolo analista de la conducta humana disfrazado de elegante director de escena, con especial sensibilidad para extraer lo mejor de las actrices que con él trabajaron. “Las Girls” cuenta tres versiones distintas de una misma historia, el film se divide en tres partes diferentes que, burla, burlando, efectúan un repaso, todo lo profundo que el cine musical americano podía permitirse en la época, de la relatividad de los problemas humanos y de los estrechos lazos que unen verdad y mentira, además de sugerir una dicotomía del arte con la realidad.

El punto conflictivo que se juzga ante un tribunal, reside en un libro de memorias de una ex corista, Sybil (Kay Kendall), en uno de cuyos capítulos se revelan intimidades amorosas de su compañera Angela (Taina Elg). Sybil cuenta su versión; seguidamente, Angela da la suya ante el tribunal; y, por último, es el bailarín americano Barry Nichols (Gene Kelly) quien da a conocer la tercera versión, sembrando dudas en el espectador. Resulta curiosa la interpretación de las tres actrices (Kay Kendall, Taina Elg y Mitzi Gaynor) que atraviesan estados sucesivos de simpatía y antipatía, se muestran atractivas y odiosas; mientras que Gene Kelly se muestra más natural y ajustado a la realidad. Todo ello confiere al film un tono sombrío infrecuente dentro del género musical.

Sin embargo, la película aporta numerosos puntos de regocijo, dos de los cuales son su gran sentido autoparódico y el tratamiento del personaje de Gene Kelly, que no sólo baila maravillosamente, a veces es maltratado físicamente por el propio guión, pues tiene caídas, le abofetean y hasta le hinchan un ojo. Todo ello bastaría para hacer del film un título inolvidable para los cinéfilos por los diversos géneros que toca, pues va desde la comedia al musical, pasando por el melodrama. Cuando tantos prestigiosos musicales se derrumban por el paso del tiempo, “Las Girls”, basada en la novela de Vera Caspary, se mantiene perfectamente actual porque aborda la relatividad de las verdades humanas.