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Voto de Antonio Morales:
7
Comedia. Romance Una famosa actriz conoce a un elegante y rico hombre de negocios y ambos se sienten inmediatamente atraídos. Él le confiesa que está casado y que su esposa se niega a concederle el divorcio. A pesar de todo, mantienen una feliz y romántica relación.(FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2014
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo no tan lejano, en que se practicaba un código de comportamiento para ganarse el corazón de una mujer por parte del varón, dicho estilo se denominaba cortesía o caballerosidad. Se regalaban flores como prueba de estima, respeto o amor, se conquistaba con galantería y se practicaba el genuino juego de la seducción. Me siento invadido por la nostalgia, lástima que esas buenas costumbres se hayan perdido, o cuando menos, no se prodiguen actualmente, y lo que es peor, algunos lo consideren ridículo o cursi. Por lo que puedo entender que haya mucha gente que no le guste “Indiscreta”, una comedia elegante y clásica al mismo tiempo, que trata de amores maduros pero no por ello menos pasionales.

La película de Stanley Donen está basada en una obra teatral del guionista Norman Krasna. Los títulos de crédito del film son tan sofisticados como siempre lo fueron en Donen, y a la vez tan útiles que nos previene del tratamiento dramático en el empleo del color, gracias al operador Freddie Young. Donen como cineasta del musical siempre lo tuvo muy en cuenta. En el transcurso del film aparecen unas rosas amarillas y luego serán rojas, sobre un fondo de azul intenso, tonalidades tan opuestas como lo serán las relaciones de los protagonistas, dos iconos del cine clásico: Cary Grant e Ingrid Bergman, reunidos 12 años después de “Encadenados” de Hitchcock, en la que funcionó tan bien como modélica pareja.

“Indiscreta” es una película que oscila entre la pausa sofisticada y una elegante idea de la carnalidad, entre el rechazo (o el miedo a enamorarse de verdad) y la atracción desmedida que puede romper cualquier prejuicio o idea preconcebida sobre lo que se desea y lo que no se quiere; entre el amarillo y el rojo. Los diálogos son espléndidos, cargados de ironía e ingenio, pero siempre rayando en el buen gusto. El espectador se identifica con el enredo amoroso y la complicidad que transmiten esos dos grandiosos actores.

Anna Kalman (Bergman), dibuja bien los rasgos de incerteza, temor y júbilo, como su papel en la película, una actriz castigada por las relaciones amorosas que finalmente se entrega al encanto, a veces canallesco pese a la pátina de distinción que desprende el personaje de Grant, Philip Adams, un tipo que miente tanto, aunque lo haga por razones profilácticas. Y de una de sus mentiras, convertida en un juego sobre el comportamiento establecido en materia de amor y de infidelidad. Una comedia romántica que insinúa más de lo que cuenta, unas relaciones instaladas en la mentira y la desconfianza, que conlleva la inseguridad del varón a entregarse noblemente. Aunque algo minimalista, pues apenas pasan cosas que no sean las vicisitudes del amor, es un film estático y teatral, fiel a su procedencia, pero no por ello menos entrañable.
Antonio Morales
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