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Voto de Antonio Morales:
8
7.8
14,189
2 de julio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un western de pasiones que ha ido ganando devotos con el paso del tiempo hasta convertirse en un título de culto al romanticismo exacerbado y la excentricidad que lo hace más singular. Johnny Guitar (un estupendo Sterling Hayden) es un pistolero que llega a un pueblo donde una mujer de la que fue amante, Vienna (la diva del melodrama Joan Crawford), es tanto la propietaria de un “saloon” como la terrateniente que, casi varonil, desafía a sus rústicos vecinos ganaderos. Vienna es especialmente odiada por la puritana y reprimida Emma (estupenda malvada Mercedes McCambridge), ranchera enamorada de Dancin´Kid (un discreto Scott Brady), el actual amante de Vienna. El reencuentro de Vienna y Johnny constituye el climax romántico de esta historia.
Dos aspectos atraen a Nicholas Ray del western, su arraigo en el folklore americano y la libertad de expresión indirecta que sus flexibles pero coherentes convenciones formales ofrecen a un cineasta interesado por comunicar sus reflexiones morales acerca de la soledad, el desarraigo y la violencia. Esta obra arrebatadoramente lírica, también plantea el conflicto de intereses por la llegada del ferrocarril símbolo de desarrollo económico y riqueza.
Con guión del reputado Phillip Yordan, Nicholas Ray consiguió una de sus películas mejores y más características de su estilo con este apasionado western que siguió las reglas del género, pero con estética expresionista de violento colorido (estupenda fotografía de Harry Stradling), personajes perfectamente caracterizados, rápidas escenas de acción en exteriores bellísimos y diálogos en escenas interiores que han pasado justamente a la Historia del cine. Como lo hizo, desde su estreno, el melancólico tema musical que canta Peggy Lee y la música de Victor Young.
Dos aspectos atraen a Nicholas Ray del western, su arraigo en el folklore americano y la libertad de expresión indirecta que sus flexibles pero coherentes convenciones formales ofrecen a un cineasta interesado por comunicar sus reflexiones morales acerca de la soledad, el desarraigo y la violencia. Esta obra arrebatadoramente lírica, también plantea el conflicto de intereses por la llegada del ferrocarril símbolo de desarrollo económico y riqueza.
Con guión del reputado Phillip Yordan, Nicholas Ray consiguió una de sus películas mejores y más características de su estilo con este apasionado western que siguió las reglas del género, pero con estética expresionista de violento colorido (estupenda fotografía de Harry Stradling), personajes perfectamente caracterizados, rápidas escenas de acción en exteriores bellísimos y diálogos en escenas interiores que han pasado justamente a la Historia del cine. Como lo hizo, desde su estreno, el melancólico tema musical que canta Peggy Lee y la música de Victor Young.