Peter Wier es un cineasta sólido y reconocido, que escoge sus trabajos con buen criterio, pues en su filmografía hay muchas más luces que sombras. Tras seis años inactivo, su última obra fue la inolvidable película de aventuras marinas “Master & Comander”, un film soberbio que me gustaría revisar pronto, pues aunque la memoria a veces juega malas pasadas, creo no errar en la apreciación. En esta ocasión nos relata con un pulso vigoroso la suicida fuga de un grupo de presidiarios del gulag soviético en 1940. “Camino a la libertad” es presentada al comienzo como un homenaje más bien general hacia aquellos que lucharon por la liberad antes que como la narración de unos hechos concretos.

Si algo fascinante tiene el cine es la capacidad de sublimar las gestas humanas y hacer que nos identifiquemos con sus protagonistas y sus nobles causas. Weir consigue, en mi opinión, filmar la mejor película que he visto sobre este tema, si se compara con películas similares (fugas por territorios inhóspitos). El cineasta muestra las duras condiciones del gulag y la puesta a punto de la evasión es narrada con gran celeridad. Le interesa presentar a los personajes así como la vida en reclusión a través de leves pinceladas. Lo que quiere es mostrar cuanto antes la larga y tortuosa marcha. Y a través de ella iremos conociendo las diferentes personalidades de cada uno, conociendo su pasado y su posible futuro.

Basada en el libro memorístico de Slawomir Rawicz publicado en 1956 que desconozco, y que al parecer se convirtió rápidamente en un éxito. También en controversia, pues la historia de raigambre homérica es una soberbia descripción de la fuerza y de la voluntad humana para sobrevivir a la vez que cuestionada por la casi imposible odisea por la que, en teoría, sus personajes pasaron. Sin embargo, el libro de Rawicz quedó casi como un clásico hasta que 50 años después un documental de la BBC puso en tela de juicio la veracidad de la historia: según la documentación recopilada, la gran evasión del gulag soviético nunca aconteció. Rawicz fue liberado del mismo tras una amnistía y el camino que recorre en el libro no lo realizó a pie sino en diferentes medios de locomoción. Por tanto, la narración bien podría ser producto de su imaginación.

Sea como fuere, a mí lo que me interesa de la película es su belleza plástica, la fisicidad del paisaje y la fiera naturaleza, su hostilidad ante la que somos seres insignificantes, además de la aventura humana. El gran trabajo de los actores que hacen verosímil la historia, encabezados por Ed Harris y Colin Farrell. El cineasta australiano evita a toda costa el sentimentalismo, aunque no así la emoción. Los planos generales y las panorámicas de los diferentes espacios naturales aparecen como planos de transición, pero son mucho más porque nos muestra las estaciones del año y la naturaleza en toda su grandeza.