Media votos
6.2
Votos
3,890
Críticas
1,537
Listas
36
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Antonio Morales:
9
7.7
9,388
Terror. Intriga
Una puritana institutriz es contratada para hacerse cargo de la educación de dos niños huérfanos que viven en una apartada mansión rural. Pronto empieza a sospechar que los antiguos criados, muertos hace tiempo, ejercen todavía una perniciosa influencia en la vida de los niños. Basada en la novela de Henry James "Otra vuelta de tuerca". (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo vagamente, pues yo era muy joven, una serie de películas que Chicho Ibañez Serrador (cineasta y autor del concurso: Un, Dos, Tres…), presentaba en T. V. E. a modo de prólogo o introducción, se llamaba: Mis terrores favoritos, y desde ese pase por televisión, jamás volví a ver esta película que me fascinó aunque en aquella ocasión me creó dudas. Ahora gracias al DVD he podido recuperarla y disfrutarla con más atención.
Aunque estrenada en España con este estúpido título, que puede llevar a engaño al espectador poco informado, personalmente me niego a utilizar otro que no sea el original, “The Innocents” (Los inocentes), que modifica con toda razón, el título de la novela de Henry James en que se basa, “The turn of the Screw” (Otra vuelta de tuerca). La razón del título del novelista, está en la primera página de su relato, ya que si el hecho de que el fantasma se aparezca, primero, a un niño de corta edad, aumenta la emoción de la historia, da otra vuelta de tuerca al efecto, si se tratase de dos niños, es la que hace alusión al título de la novela.
Por el contrario, titulándose Los inocentes, Clayton, el director, se refiere a algo más sustancial respecto al relato narrado, ya que se pronuncia claramente por la inocencia de los niños, frente a la interpretación de la institutriz, de que están poseídos por los espíritus de los muertos, Quint y Jessel. Esta es una película excepcional por su capacidad para retratar con enorme precisión una mente humana. Se hablado con frecuencia de ambigüedad en la película, de sus posibles lecturas e interpretaciones, pero para mí, después de revisarla, resulta evidente que si se ve el film con cierto detenimiento, sólo puede hablarse de una interpretación que las imágenes determinan, pero – y eso creo que es importante – no tratan de imponer a toda costa, razón por la cual una visión superficial del film puede inducir a engaño.
Con un extraordinario e inquietante guión bien construido que funciona como un perfecto mecanismo de relojería. Un análisis exhaustivo – que no voy a hacer, por respeto al espectador, pues rompería el misterio – resulta apasionante y demostraría sin lugar a dudas la exactitud de mi afirmación. Aunque en el Spoiler, de forma esquemática daré algunos argumentos. Pero antes he de afirmar, lo injusto que fue ese año la Academia de Hollywood, pues ni siquiera se dignaron en nominar a la extraordinaria actuación de Deborah Kerr, porque sin ella, esta película sería otra cosa, la estupenda música y la espléndida fotografía ayudan a conseguir una obra maestra, inalterable al tiempo.
Aunque estrenada en España con este estúpido título, que puede llevar a engaño al espectador poco informado, personalmente me niego a utilizar otro que no sea el original, “The Innocents” (Los inocentes), que modifica con toda razón, el título de la novela de Henry James en que se basa, “The turn of the Screw” (Otra vuelta de tuerca). La razón del título del novelista, está en la primera página de su relato, ya que si el hecho de que el fantasma se aparezca, primero, a un niño de corta edad, aumenta la emoción de la historia, da otra vuelta de tuerca al efecto, si se tratase de dos niños, es la que hace alusión al título de la novela.
Por el contrario, titulándose Los inocentes, Clayton, el director, se refiere a algo más sustancial respecto al relato narrado, ya que se pronuncia claramente por la inocencia de los niños, frente a la interpretación de la institutriz, de que están poseídos por los espíritus de los muertos, Quint y Jessel. Esta es una película excepcional por su capacidad para retratar con enorme precisión una mente humana. Se hablado con frecuencia de ambigüedad en la película, de sus posibles lecturas e interpretaciones, pero para mí, después de revisarla, resulta evidente que si se ve el film con cierto detenimiento, sólo puede hablarse de una interpretación que las imágenes determinan, pero – y eso creo que es importante – no tratan de imponer a toda costa, razón por la cual una visión superficial del film puede inducir a engaño.
Con un extraordinario e inquietante guión bien construido que funciona como un perfecto mecanismo de relojería. Un análisis exhaustivo – que no voy a hacer, por respeto al espectador, pues rompería el misterio – resulta apasionante y demostraría sin lugar a dudas la exactitud de mi afirmación. Aunque en el Spoiler, de forma esquemática daré algunos argumentos. Pero antes he de afirmar, lo injusto que fue ese año la Academia de Hollywood, pues ni siquiera se dignaron en nominar a la extraordinaria actuación de Deborah Kerr, porque sin ella, esta película sería otra cosa, la estupenda música y la espléndida fotografía ayudan a conseguir una obra maestra, inalterable al tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La película tiene un prólogo de decisiva importancia, que transcurren durante los títulos de crédito y los primeros instantes del film. Una Deborah Kerr angustiada, con sus manos entrelzadas, musita una plegaria “Yo sólo pretendo salvar a los niños, no destruirlos”. A continuación un encadenado con desenfoque nos lleva a la escena de la contratación de la Srta. Giddens en Londres. Aunque no está especificada la cronología de esta escena todo hace suponer que es posterior al final de la película – el vestido que lleva la institutriz, y el raccord que existe, en la banda sonora, entre el final de la película y este prólogo, así lo sugieren – y sobre todo encadenando ese “flash-back” (lo que está fuera de toda duda es que se trata de un “flash-back”) sobre el rostro de Deborah Kerr, la película explicita sin ningún lugar a dudas, que vamos a asistir a un relato en primera persona, es decir que no estamos ante un relato objetivo, sino ante uno subjetivo, ante la narración de los hechos que nos hace la institutriz. Por si esto no estuviera suficientemente claro, el “Flash-back” se inicia con una pregunta del tío de los niños, absolutamente crucial. Michael Redgrave pregunta a Debora Kerr: “Srta. Giddens, ¿tiene usted mucha imaginación?” “Sinceramente creo que sí”, es la respuesta de la institutriz. El film hace alusión una y otra vez a la capacidad que tiene el personaje central del film para imaginarse cosas, y como no puede dejar de hacerlo. Pero es el propio desarrollo del film el que nos da la clave de todo lo que sucede, es producto de la mente enferma, puritana y religiosa de la Srta. Giddens.