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Voto de Antonio Morales:
6
Drama Andrea Soriano (Mercedes Sampietro), una joven y prestigiosa directora de televisión, tiene que ser operada de urgencia. Profesionalmente ha conseguido el éxito, pero su vida sentimental ha sido un fracaso y se siente sola. En esos momentos de angustia, reflexiona sobre su vida y su relación con los hombres y con su familia. Y no puede evitar evocar al gran amor de su vida: Gary Cooper. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2016
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A través del personaje de Andrea (una excelente Mercedes Sanpietro), que encarna al “alter ego” de Pilar Miró, quien realiza una revisitación de recuerdos, la falta de ayuda y la soledad reinante de la que se apercibe en un instante crucial de su vida la protagonista, al enterarse de que debe someterse a una operación a vida o muerte, es la materia esencial conformadora de sus postreros días antes del ingreso en la clínica (Pilar Miró fue sometida a una grave operación de corazón en 1975). A este bloque de problemas privados se unen sus asuntos laborales como realizadora de programas dramáticos de RTVE, sus relaciones con los jefazos de la casa, así como sus deseos de realizar su primer film, todo ello muy cercano a la directora.

Profesional brillante y seca a la vez, tiránica y exigente en su trabajo de realizadora de televisión, cinéfila y melómana: las fotos de Gary Cooper, que guarda desde pequeña, el aria “Porquoi me reveiller” de la ópera “Werther” o el William Holden de “Misión de audaces” de John Ford, dan buena prueba de sus gustos y aficiones culturales. Sus amores y sus fracasos sentimentales, su carácter arisco e independiente, su militancia política socialista aquí disimulada. Que todo ello sea o parezca autobiográfico no importa, es lo de menos. Lo fundamental es que Pilar Miró ha sabido plasmar las insuficiencias y miedos de una mujer, lo difícil que es salvar la independencia y la propia libertad frente a agresiones externas. Andrea traza un itinerario de fracaso en fracaso: de la cerrazón de su amante periodista (Jon Finch) a la incomprensión de su madre (Mary Carrillo).

Sólo le consuela las cartas guardadas de su primer amor, Bernardo (Jesús Puente). Andrea buscará que sus seres más cercanos comprendan su desesperación pero a la vez es incapaz de comunicar lo que le sucede. En esta reflexión acerca del aislamiento y la dificultad de vivir solo, donde la soledad es el precio a pagar por una libertad puede que fugaz y traicionera, pero obviamente mejor que la claudicación, es donde la historia tiene su razón de ser. “Gary Cooper que estás en los cielos” es un film sincero y apasionado que revela un evidente fervor en un mejor entendimiento entre hombre y mujer y que reparte las culpas de la actual situación con ecuanimidad entre ambos.

Una película de claro matiz feminista y reivindicativo sobre el rol de la mujer trabajadora. Mientras la fotografía de Carlos Suarez se amolda con eficiencia a esa puesta en escena utilitarista, la música de Antón García Abril tiende a subrayar los momentos más amargos de Andrea. No es la mejor película de Pilar Miró, pero según le contaba en una entrevista a Diego Galán, estaba embarazada cuando filmó la película, y que le ayudó mucho a olvidar, el problema que tenía con la justicia sin poder estrenar entonces su anterior y polémico film: “El crimen de Cuenca”.
Antonio Morales
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