El tema de la serie es denso, complicado y farragoso. Es muy difícil tratar lo sin ser pedante o caer en demagogias políticas. Pero el ritmo lento de la serie y la habilidad de David Simon para contar historias lo hace posible.
Las actuaciones de todos sin excepción son buenas y dan mas peso al drama. La única pega que se le pude poner es que quizás al buscar un camino centralista de la realidad, el espectador la puede interpretar como indiferencia. Pero na da mas lejos de su intención. El problema de la disgregación social de la vivienda afecta a todos los países y es un estigma en el porvenir de mucha gente.